28 Noviembre 2016
EL HOMBRE MÁS FELIZ. Nico subido al podio; detrás Hamilton, su rival vencido.
A diez años de su debut en la F-1, Nico Rosberg logró su primer título e igualó a su papá Keke.
Cuando su padre logró su único título en la F-1 en 1982, el joven piloto alemán ni siquiera había nacido. Tampoco pudo disfrutar de los últimos Grandes Premios de Keke en la categoría ya que se retiró en 1986, cuando él era un tierno bebé de un año y medio (nació el 27 de junio de 1985). Sin embargo, tenía en los genes la velocidad y era cuestión de tiempo para seguir los pasos de su padre. Y hasta igualarlo con la obtención de una corona en la “máxima”.
Nico, el nuevo campeón de la F-1, comenzó a correr en karting a los 11 y a los 16 inició su etapa en el automovilismo con su participación en Fórmula BMW Española. En 2002 ganó el título del torneo alemán de la especialidad con el equipo Viva Racing regenteado por su papá. En 2003 y 2004 compitió en la Fórmula 3 Euroseries con el Team Rosberg, con el que logró cuatro victorias en 39 participaciones. Llegó a la GP2 Series en 2005 de la mano del ART y logró el cetro con una campaña que incluyó cinco éxitos. Ese mismo año se convirtió en piloto de pruebas de Williams en la Fórmula 1.
El esperado debut en la “máxima” se produjo en 2006 con la escudería de Grove, con la que continuó sin muchos sucesos hasta 2009. En 2010 fue elegido por Mercedes para ser protagonista del retorno de la marca como team integral y nada menos que con su compatriota Michael Schumacher como compañero.
Nico vivió el duro proceso de crecimiento del equipo de la estrella de tres puntas y hasta tuvo que ver cómo el inglés Lewis Hamilton, que reemplazó a “Schumi” en 2013, consiguió primero la gloria con sus campeonatos de 2014 y 2015. Eso lo hizo madurar y esta temporada fue infalible con un comienzo que incluyó cuatro victorias consecutivas. Aunque luego tuvo que soportar la recuperación de su compañero (logro sólo un triunfo en ocho fechas contra seis del británico), tras el receso volvió con todo y una racha de tres GP’s ganados al hilo lo confirmó como el gran candidato.
Con la diferencia de puntos a su favor, Rosberg dejó que Hamilton hiciera el gasto en las cuatro carreras finales. Pese a las victorias consecutivas del británico, la seguidilla de segundos puestos le permitió a Nico conseguir el ansiado campeonato. Y, sin dudas, lo tiene merecido.
Cuando su padre logró su único título en la F-1 en 1982, el joven piloto alemán ni siquiera había nacido. Tampoco pudo disfrutar de los últimos Grandes Premios de Keke en la categoría ya que se retiró en 1986, cuando él era un tierno bebé de un año y medio (nació el 27 de junio de 1985). Sin embargo, tenía en los genes la velocidad y era cuestión de tiempo para seguir los pasos de su padre. Y hasta igualarlo con la obtención de una corona en la “máxima”.
Nico, el nuevo campeón de la F-1, comenzó a correr en karting a los 11 y a los 16 inició su etapa en el automovilismo con su participación en Fórmula BMW Española. En 2002 ganó el título del torneo alemán de la especialidad con el equipo Viva Racing regenteado por su papá. En 2003 y 2004 compitió en la Fórmula 3 Euroseries con el Team Rosberg, con el que logró cuatro victorias en 39 participaciones. Llegó a la GP2 Series en 2005 de la mano del ART y logró el cetro con una campaña que incluyó cinco éxitos. Ese mismo año se convirtió en piloto de pruebas de Williams en la Fórmula 1.
El esperado debut en la “máxima” se produjo en 2006 con la escudería de Grove, con la que continuó sin muchos sucesos hasta 2009. En 2010 fue elegido por Mercedes para ser protagonista del retorno de la marca como team integral y nada menos que con su compatriota Michael Schumacher como compañero.
Nico vivió el duro proceso de crecimiento del equipo de la estrella de tres puntas y hasta tuvo que ver cómo el inglés Lewis Hamilton, que reemplazó a “Schumi” en 2013, consiguió primero la gloria con sus campeonatos de 2014 y 2015. Eso lo hizo madurar y esta temporada fue infalible con un comienzo que incluyó cuatro victorias consecutivas. Aunque luego tuvo que soportar la recuperación de su compañero (logro sólo un triunfo en ocho fechas contra seis del británico), tras el receso volvió con todo y una racha de tres GP’s ganados al hilo lo confirmó como el gran candidato.
Con la diferencia de puntos a su favor, Rosberg dejó que Hamilton hiciera el gasto en las cuatro carreras finales. Pese a las victorias consecutivas del británico, la seguidilla de segundos puestos le permitió a Nico conseguir el ansiado campeonato. Y, sin dudas, lo tiene merecido.
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