Fidel y el “Che”: amores y tormentas

Fidel y el “Che”: amores y tormentas

UNA AFICIÓN. La imagen, que data de 1955, muestra uno de los placeres de Fidel Castro y Ernesto Guevara: fumar los tradicionales puros cubanos. FOTO DE ARCHIVO UNA AFICIÓN. La imagen, que data de 1955, muestra uno de los placeres de Fidel Castro y Ernesto Guevara: fumar los tradicionales puros cubanos. FOTO DE ARCHIVO
27 Noviembre 2016
Se detuvo frente al boletín de calificaciones; al título universitario y a las fotos familiares expuestas. Hace una década, en su visita al país -su última salida de Cuba, Fidel Castro conoció la casa de la familia Guevara en Alta Gracia, Córdoba. En el libro de visitas, el hombre uniformado escribió “Hasta la victoria, siempre”.

Miles de páginas se han escrito para intentar desentrañar cómo fue la relación entre el líder cubano y el revolucionario argentino Ernesto “Che” Guevara. Hay consenso en que ambas figuras emblemáticas del siglo XX tuvieron un vínculo estrecho de amistad y de coincidencias en la planificación y concreción de la revolución; también en que se admiraban profunda y mutuamente y en que el acercamiento de Castro a la Unión Soviética detonó las diferencias ideológicas.

Se conocieron el 7 de julio de 1955 en México, cuando Raúl Castro (el hermano de Fidel que lo sucedió en el Gobierno) le presentó al argentino, que estaba ávido de germinar sus ideas revolucionarias.

En México, Fidel alistaba la expedición que terminaría con la dictadura de Fulgencio Batista. El cubano invitó al “Che” a unirse a su movimiento como médico. Un año después, Guevara ya entrenaba con el grupo que desembarcaría en la isla. El “Che” asumió el rol de lugarteniente clave en el proceso. Una vez depuesto Batista, trabajaron en conjunto en los lineamientos del Gobierno. Guevara desarrollló los planes económicos marxistas (fue ministro de Industria). En 1966, y tras la injerencia de la Unión Soviética, que introdujo un modelo burocrático en la isla, Guevara avanzó con la idea de llevar la revolución a otros países. Tenía una postura pública muy crítica sobre el sistema soviético. Antes de partir a Bolivia, donde fue asesinado por militares locales en octubre del 67, el argentino se despidió de su amigo: “que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti”. Hay versiones que sostienen que la Unión Soviética quería muerto a Guevara y que Castro lo habría enviado a Bolivia sabiendo que allí podría encontrar su destino.

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