Se entregó el sospechoso de asesinar a Pintos

Se entregó el sospechoso de asesinar a Pintos

Los vecinos aseguran que el adolescente fue atacado por convidarle fuego a la novia de un chico del barrio, que está aprehendido. Germán Pintos fue velado y sepultado ayer a la tarde. Sus familiares, amigos y vecinos lo despidieron con aplausos.

CONMOVIDOS. La gente del barrio salió a la vereda para despedir con aplausos al adolescente asesinado. la gaceta / fotos de diego aráoz CONMOVIDOS. La gente del barrio salió a la vereda para despedir con aplausos al adolescente asesinado. la gaceta / fotos de diego aráoz
10 Febrero 2016
Todo el barrio lo despidió con aplausos. Los vecinos que se acercaron a darle el último adiós a Germán Alberto Pintos, el adolescente asesinado el fin de semana, aseguraron que era “un buen chico”. Mientras tanto, el principal sospechoso de haberlo golpeado hasta dejarlo inconsciente se entregó en tribunales y hoy será citado a declarar.

La versión del crimen que repiten los vecinos no coincide con la que manejan los investigadores del caso. En el barrio Almafuerte aseguran que Pintos salió de su casa por última vez el domingo a las 4 y que se dirigió a una placita ubicada a media cuadra de la esquina de Lucas Córdoba y Chazarreta, donde fue encontrado herido al amanecer. Allí se le habría acercado una jovencita a pedirle fuego. Los vecinos dijeron que Pintos le prestó un encendedor y que en ese momento apareció el novio de la chica, ofuscado.

Ese joven es el principal sospechoso de haberlo matado. Los rumores que circulan en el barrio indican que esa persona comenzó a golpear al adolescente y que inmediatamente se sumaron seis jóvenes más. Entre todos le habrían propinado la brutal golpiza para clavarle después un tenedor parrillero en la sien. El grupo de jóvenes -según dijeron los vecinos- es conocido en la zona como “Los Plagas”.

Pero la hipótesis que maneja la Policía dista bastante de ese relato. Fuentes de la investigación comentaron a este diario que consiguieron reconstruir el hecho luego de entrevistar a varios testigos. Estas personas habrían declarado que el principal sospechoso estaba sentado afuera de su casa junto a un grupo de amigos y amigas, que en ese momento se acercó Pintos y, sin que nadie lo invitara, se unió a la ronda. El adolescente habría comenzado a insultar a una de las jovencitas, lo que provocó el dueño de casa reaccionara de manera violenta. “Desconocemos que haya actuado una banda, tenemos entendido que fue una sola persona la que agredió a la víctima”, aclararon las fuentes.

También aseguraron que no tenían la certeza de que se haya utilizado un tenedor parrillero para agredir a Pintos. Sin embargo, una fuente del hospital Padilla había confirmado que las heridas que presentaba el adolescente en la sien izquierda coincidía con las características de ese utensilio.

“A él lo protegen porque tiene un tío policía”, se quejaron los vecinos, quienes se negaron a aportar sus identidades porque dijeron que temen sufrir represalias por parte de “Los Plagas”. “Y la novia también es sobrina de un policía de la Brigada”, añadieron.

El sospechoso se presentó ayer a la mañana en los tribunales penales. Fuentes de la Fiscalía de Instrucción de la III° Nominación, a cargo de María del Carmen Reuter, señalaron que la fiscala solicitó la detención del acusado. Se trata de un joven de 19 años, que hoy será indagado por Reuter.

El domingo a la mañana, Pintos llegó inconsciente al hospital y le diagnosticaron muerte cerebral. Su muerte fue anunciada el lunes a la mañana y, como la familia decidió donar los órganos del adolescente, el inicio del velatorio se demoró.

Pintos vivía al frente del Cottolengo Don Orione. La institución prestó su salón parroquial para que lo velaran. Los vecinos contaron que se organizó una colecta en el barrio para costear el cajón porque la familia de la víctima es de condición humilde y no tenía los medios para afrontar ese gasto.

“Lo conocía desde que era niño; era un buen chico que no le hacía daño a nadie”, dijo Cyntia Natalia Álvarez, la única allegada a la familia que se animó a dar su nombre. Con los ojos empapados, la joven reclamó: “quiero que paguen por lo que le hicieron. No hay palabras para explicar lo que hizo este criminal”.

Otros vecinos lo recordaron como “un chico servicial”. Contaron que Pintos se ofrecía siempre a cortar el pasto, levantar la basura o hacer los mandados, a cambio de unas monedas. “Lo conocíamos todos porque siempre andaba caminando por el barrio. Era un excelente chico”, comentaron.

Pintos tenía 17 años, pero parecía más chico. Sus vecinos contaron que tenía un leve retraso madurativo. No obstante, asistía a la escuela Manuel Arroyo y Pinedo, como la mayoría de los chicos del barrio.

La noche anterior al ataque, el adolescente había estado en la casa de unos vecinos, a la vuelta de la suya. “Todas las noches venía y nos pedía un cigarrito, después le dábamos su pancito con mayonesa y se iba”, contaron esas personas, quienes lo llevaron de regreso a su casa, alrededor de las 4. Pero Pintos volvió a salir y minutos después se encontró con quien terminaría matándolo.

El cariño del barrio se tradujo ayer en las flores y los aplausos que lo acompañaron hasta el Cementerio del Norte, donde ahora descansa en paz.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios