Cristina deja una compleja herencia que pondrá a prueba a su sucesor

Cristina deja una compleja herencia que pondrá a prueba a su sucesor

Cómo tomó la Presidenta el país en 2007 de manos de su marido y cómo lo dejará a su sucesor, según las estadísticas. Cuál es la situación para el próximo período de gobierno.

25 Octubre 2015

BUENOS AIRES.- Cristina Fernández se prepara para poner fin a un ciclo de 12 años de gobierno kirchnerista con la imagen más alta con que se retiró un presidente tras dos mandatos consecutivos y con poder hasta el último instante, pero le dejará a su sucesor una herencia compleja que lo pondrá de inmediato a prueba.

La Argentina es un país de luces y sombras. El gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) continuó la recuperación que había iniciado el país en 2002 luego de la profunda crisis del año anterior, una de las peores de la historia, y la Argentina tuvo un shock de crecimiento a tasas promedio de 7% a 8% anual. Pero su esposa y sucesora no pudo mantener la tendencia en sus dos mandatos consecutivos. Una economía con varias luces de alerta, las relaciones internacionales desequilibradas y una sociedad dividida, y con un nivel de pobreza estructural que no se pudo atenuar, son algunos de los desafíos.

Sin estadísticas

El nuevo presidente recibirá un país sin estadísticas oficiales fiables desde que en 2007 Kirchner intervino el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

La Argentina, considerada como uno de los principales graneros del mundo, atraviesa ahora un proceso proceso de estanflación, con bajo crecimiento económico e inflación que los consultores privados estiman en torno al 25%.

Los aumentos salariales permitieron sin embargo mantener el elevado consumo interno, uno de los motores de la economía. “Existe un divorcio entre los números de la economía real y la percepción de cómo está. La gente mide según percepción más inmediata y como sigue teniendo acceso al consumo, viaja y compra autos, tiene una visión positiva”, alertó la analista Mariel Fornoni, de Management & Fit.

El déficit fiscal trepó a cerca del 7% del PBI, financiado con emisión monetaria, el peso argentino está sobrevaluado respecto a las monedas de sus principales socios comerciales, entre ellos Brasil, lo que le quitó competitividad a la producción. Existe además un mercado paralelo de divisas que cotiza un 70% por encima del valor oficial, producto del denominado “cepo cambiario”, las fuertes restricciones a las operaciones con moneda extranjera.

Fernández de Kirchner entregará además el gobierno con un superávit comercial que cayó a los niveles más bajos de los últimos tiempos y exiguas reservas internacionales, lo que prende un alerta de cara a los recursos que necesitará el próximo gobierno en 2016 para hacer frente a gastos, vencimientos de deuda y abastecer de moneda a los importadores.

Tarde o temprano, el próximo presidente deberá buscar una solución al conflicto con los “holdouts”, los tenedores de bonos en moratoria desde 2002, en su mayoría fondos especulativos de inversión, para poder regresar a los mercados financieros internacionales y poder acceder a créditos a tasas más bajas. También tendrá que normalizar las reglas de juego y los controles al capital para favorecer nuevas inversiones externas.

Las trabas unilaterales a las importaciones que impuso Buenos Aires lo obligarán además a recomponer relaciones, también obligado por un fallo de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que comenzará a regir a fin de año.

“A la Argentina le espera un escenario complicado” en el que “nadie discute ya la necesidad de realizar un ajuste” económico, advirtió el director adjunto para América latina del Fondo Monetario Internacional (FMI), Robert Rennhack.

La situación social

La pobreza, que un estudio de la Universidad Católica Argentina situó en cerca del 29%, es otro de los grandes problemas a resolver. Si bien la Asignación Universal por Hijo (AUH), una asistencia estatal para los jefes de familia desocupados o que ganan menos del salario mínimo, ayudó a miles de familias a salir de la pobreza extrema, no logró solucionar el tema.

Cada mes, unos 17,5 millones de personas -de los 40 millones de habitantes- reciben un cheque del Estado ya sea por jubilaciones, pensiones, empleo estatal o asistencia social. A esto se suman millonarios subsidios a la energía y el transporte y la necesidad de urgentes inversiones en infraestructura.

Pero el desafío quizás más difícil para el nuevo gobernante en el inicio de su mandato será construir su base de poder, luego de 12 años en que el kirchnerismo mantuvo la iniciativa y capacidad de gestión pese a perder las últimas dos elecciones legislativas de medio término.

Punto de vista

No fue magia; fue impericia

Por Félix Piacentini, director de la consultora Noanomics

Cuando un gobierno se va y termina un ciclo comienza la lógica etapa del análisis del balance de gestión. Lamentablemente, y como parece ser regla en nuestra historia reciente, CFK entrega un país en peores condiciones económicas del que recibió. En particular el segundo mandato, el del cepo, ha sido una gestión sin logros con el último año llegando casi sin aliento a entregar la posta al que viene.

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Claro que el gobierno, al ensalzar lo conseguido, siempre compara con 2003 y de esa forma todo es mejor. Pero versus 2008, arranque de la primera presidencia de CFK, y sobre todo desde 2011, la historia es otra. Pasamos de las tasas chinas de crecimiento (9%) al estancamiento y depender del swap chino, de crear empleo privado al 6% anual al 0% de 2014. Pasamos de tener casi U$S 50.000 millones de reservas a U$S 16.000 millones (si sólo descontamos el swap), de un superávit comercial U$s 17 mil millones en 2008-2009 a uno que apenas acumula U$S 1.500 millones a septiembre de 2015. En lo fiscal tampoco nos fue mejor. Pasamos de un superávit del 2% del PBI en 2008 a un déficit que se proyectan en 7% del PBI. La voracidad fiscal ha implicado que el gasto público nacional hoy signifique un tercio de la economía, cuando en 2008 era un quinto, junto con un incremento de la carga fiscal nacional de 6 puntos porcentuales (de 23 puntos del PBI a 29). Como todo este derroche fiscal se financió con emisión de dinero la base monetaria pasó de $ 100.000 millones en 2008 a un promedio de $ 500.000 millones en 2015. 

En el plano de la economía real, la inflación generada por la emisión alimentada por la irresponsabilidad fiscal (desde 2008 acumula casi 400%), ha tenido su impacto más amargo sobre las economías regionales quitándoles competitividad y haciéndoles perder mercados, ya que en contraposición la devaluación del período fue del 180%. Hoy el precio efectivo de exportación (descontando la inflación) que recibe un productor de soja o maíz compra la mitad que en 2002. Desde 2008 el stock de ganado vacuno ha venido cayendo a 1 millón de cabezas por año. En productos más cercanos a la definición de productos regionales el panorama es sombrío, bajando sus exportaciones estrepitosamente. 

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El cepo de fines de 2011 agudizó los problemas, entorpeciendo la producción y el crecimiento. Entre 2011 y 2014 el PBI se expandió sólo un 4% punta a punta. Por actividad el sector que más creció fue el de la intermediación financiera (51%), con agro (5%), industria (-3%) y minería (0%) estancados; prueba más que evidente de que el “modelo” de productivo no tuvo nada. El que venga tiene que desandar este camino y no será nada fácil. No fue magia, fue impericia.

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