El voto inútil, un signo de mediocridad

El voto inútil, un signo de mediocridad

13 Octubre 2015

Hugo E. Grimaldi - Columnista de DyN

Hay mucha polémica por estas horas entre candidatos, analistas y medios por el “voto útil”, tironeo en el que se contrapesan el pragmatismo y la ética. Sin embargo, poco se dice de lo que sucede por el otro lado, en terrenos donde se observa que la sociedad no registra ninguna preocupación por el voto inútil, el mismo que lamentablemente van a depositar en las urnas millones de electores.

¿Es el voto inútil el de los ignorantes, el de los jóvenes sin experiencia o el de los lelos? No, vale aclararlo rápido, porque así descripto esa especie sería la del voto calificado, lo que implica discriminación y retroceso. No es eso. El voto inútil es el voto de la mediocridad, el del “hoy y ahora”, el que depositarán los desentendidos, el de aquellos que con la excusa de que los políticos en sus flaquezas “son todos iguales”, no se molestan en ver las ideas y el futuro.

Es el voto de los que prefieren escudarse en las personas y elegirlos por sus características individuales antes que por sus propuestas que, en general han escaseado. No es extraño, ya que como los candidatos desde hace mucho tiempo han dejado de ser dirigentes para convertirse en seguidores de gente, son muy pocas las cartas que han mostrado, ya que saben que no existe mucha vocación por compararlas.

A la hora de transgredir todo, de sumar únicamente derechos aunque nunca deberes y de devaluar a las instituciones, el lavaje de cerebro ha sido tan profundo en estos últimos años que son pocos quienes hoy se preocupan de verdad por elegir entre cuestiones vitales, como populismo o República, por ejemplo. Antes que este tipo de consignas, los votantes más comprometidos con su propio pasar miran primero qué candidato será el más proclive a mantener lo que a cada uno le conviene, antes que al conjunto social.

Es extraño que a estos últimos doce años se lo emparenten tanto con el peronismo, cuando esa corriente siempre ha sido la que ha puesto por delante los valores de la solidaridad y el conjunto. Tanto individualismo, como el que ha perforado a la sociedad, el mismo al que se opone la Iglesia del papa Francisco, es el engendro del voto inútil.

Publicidad
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios