La clave es aprender a reconocer los deseos y plantarse frente al rol de cuidador

La clave es aprender a reconocer los deseos y plantarse frente al rol de cuidador

La “abuelidad” más libre genera tensiones. Dos expertas aconsejan cómo superar esta transición.

25 Julio 2015
¿Dónde están los abuelos de antes, los que dedicaban largas horas a cuidar/criar nietos, los que les hacían comidas a toda hora, los que les tejían ajuares o enseñaban a jugar a las bochas en las plazas? “No están más, o están cada vez menos. La abuelidad ha cambiado porque hoy el adulto mayor tiene otro lugar en la sociedad. El rol de abuelo es uno más entre otros tantos que actualmente asumen los viejos”, explica María Noel Montañez, licenciada en Gerontología.

Coincide con ella Aurora Rueda, especialista en geriatría. “Los que hoy son abuelos tienen una calidad de vida y despliegue de actividades que antes no tenían porque no había tanta oferta para ellos y sólo les quedaba ser abuelos. Estaban destinados a cuidar a sus nietos. A los 60 años ya eran viejos y se veían limitados. La cosa cambió totalmente en la actualidad. En esa etapa de la vida las personas saben que tienen varios años por delante y descubren que pueden seguir desarrollándose, que pueden tener nuevas metas y aptitudes”, precisa.

Esta situación ha tomado por sorpresa a una generación que se crió en la casa de sus abuelos. “La abuelidad más libre genera tensiones en la familia porque los hijos esperan más dedicación de sus padres hacia los nietos”, detalla Rueda. “Toda transición cultural y social produce un desequilibrio. La organización familiar se ve alterada porque se modifica el rol de cuidador -no voluntario sino impuesto por necesidad- del abuelo”, añade.

Según cuenta la experta, es algo que ve con frecuencia en su consultorio. “El abuelo, y especialmente las abuelas, pasan por situaciones muy traumáticas cuando intentan romper con el mandato impuesto de cuidar los nietos. Llegan con depresión u otras enfermedades que, en el fondo, encubren esa crisis interna que tienen porque ven cercenados sus deseos de realización personal. Muchos se sienten agobiados por tener que asumir un rol que no quieren”, confiesa Rueda.

Recomendaciones

¿Qué les aconsejan a los abuelos? “Que aprenda a poner límites, que se animen a decir que no. Tarde o temprano los hijos y las nuevas generaciones se tendrán que ir adaptando a esta nueva abuelidad”, plantea Montañez.

“Trato de ayudarlos a que reconozcan qué les está pasando, cuáles son sus deseos y cómo plantarse frente a ese rol que se supone deben cumplir. Les enseño que tienen derecho a expresar su malestar y trato de hablar con la familia”, aporta Rueda.

El equilibrio parece ser la mejor opción cuando se presentan estos problemas. “Tampoco está bueno el abuelo que se desentiende totalmente, que sólo quiere su propio bienestar. No tienen que dejar de lado su rol, que es el de proteger los valores de generación en generación. Es un rol precioso, importantísimo”, señala.

Aunque los hijos renieguen de esta nueva abuelidad, las especialistas están convencidas que los chicos la festejan “porque son abuelos más activos y contentos, que disfrutan de sus nietos; no los sienten como una carga”.

Comentarios