Por LA GACETA
12 Junio 2015
Constituyen uno de los tesoros patrimoniales de Tucumán, por varias razones, pero principalmente porque son un legado de los pueblos originarios, un orgullo para sus descendientes. Las Ruinas de la ciudad sagrada de Quilmes, enclavada en nuestros Valles Calchaquíes a escasos kilómetros de la ruta nacional N° 40, data aproximadamente del siglo X. Es un importante yacimiento arqueológico precolombino, y testimonio la resistencia indígena contra el invasor español. Con alguna frecuencia, este valioso emplazamiento se convierte en escenario de violencia, de enfrentamientos que desnudan conflictos existentes en el seno de esa comunidad indígena.
El sábado pasado, 13 personas intentaron copar el histórico lugar y fueron detenidas, entre ellas, el ex cacique Francisco Chaile. Según fuentes judiciales y policiales, los empleados que se encontraban en la oficina de administración no advirtieron que se trataba de un asalto; fueron despojados de la recaudación, de sus celulares, sus billeteras y algunas artesanías. De acuerdo con los testimonios, policías y gendarmes recorrieron el predio y fueron hallando a todos los sospechosos. Se habría tratado de un intento del ex cacique de quedarse con la administración del predio.
El 6 de noviembre de 2013, otro sector de la comunidad indígena se había apoderado de las ruinas, argumentando que el cacique detenido el sábado pasado, nunca había rendido cuentas del destino de los fondos provenientes de la venta de entradas a turistas al sitio y de las partidas provenientes de la Nación, destinadas al desarrollo de la comunidad.
“Tensión tras un desalojo en las Ruinas de Quilmes” se titulaba nuestra crónica periodística del 9 de marzo de 2014. “El complejo arqueológico Ruinas de Quilmes es escenario desde hace cinco días de una disputa entre sectores de la comunidad indígena local por la administración de los recursos provenientes del turismo. Un grupo de la comunidad Quilmes, que reivindica a Santiago Santos como cacique, fue desalojado el miércoles de la administración de la Ciudad Sagrada con un operativo policial. Santos explicó que quienes lo apoyan se encontraban a cargo del lugar desde el 6 de noviembre de 2013, cuando tomaron las instalaciones para expulsar a la antigua gestión, encabezada por Francisco Chaile... Santos y Chaile se adjudican actualmente el cacicazgo de la comunidad Quilmes. La administración de las Ruinas -ubicada en los valles calchaquíes- reporta a la comunidad indígena unos $500.000 anuales, aseguró Chaile”.
La reforma de la Constitución de Tucumán de 2006 reconoció la propiedad de la Ciudad Sagrada a la comunidad originaria, razón por la que en 2008, la administración pasó a manos de los comuneros, representados por el cacique Francisco Chaile, cuyo mandato databa de 1998.
Sería difícil imaginar en la actualidad que las pirámides egipcias o aztecas fueran objeto de luchas entre descendientes de esos pueblos. Es lamentable que un sitio histórico de enorme valor arqueológico siga siendo el fruto de la discordia en una comunidad que debería zanjar sus diferencias en forma civilizada, es decir a través del diálogo y la tolerancia. Estas situaciones de violencia afectan el turismo nacional e internacional que recibe a diario estas ruinas. El Estado podría oficiar de mediador para que no vuelvan a acontecer porque afectan la imagen de la provincia.
El sábado pasado, 13 personas intentaron copar el histórico lugar y fueron detenidas, entre ellas, el ex cacique Francisco Chaile. Según fuentes judiciales y policiales, los empleados que se encontraban en la oficina de administración no advirtieron que se trataba de un asalto; fueron despojados de la recaudación, de sus celulares, sus billeteras y algunas artesanías. De acuerdo con los testimonios, policías y gendarmes recorrieron el predio y fueron hallando a todos los sospechosos. Se habría tratado de un intento del ex cacique de quedarse con la administración del predio.
El 6 de noviembre de 2013, otro sector de la comunidad indígena se había apoderado de las ruinas, argumentando que el cacique detenido el sábado pasado, nunca había rendido cuentas del destino de los fondos provenientes de la venta de entradas a turistas al sitio y de las partidas provenientes de la Nación, destinadas al desarrollo de la comunidad.
“Tensión tras un desalojo en las Ruinas de Quilmes” se titulaba nuestra crónica periodística del 9 de marzo de 2014. “El complejo arqueológico Ruinas de Quilmes es escenario desde hace cinco días de una disputa entre sectores de la comunidad indígena local por la administración de los recursos provenientes del turismo. Un grupo de la comunidad Quilmes, que reivindica a Santiago Santos como cacique, fue desalojado el miércoles de la administración de la Ciudad Sagrada con un operativo policial. Santos explicó que quienes lo apoyan se encontraban a cargo del lugar desde el 6 de noviembre de 2013, cuando tomaron las instalaciones para expulsar a la antigua gestión, encabezada por Francisco Chaile... Santos y Chaile se adjudican actualmente el cacicazgo de la comunidad Quilmes. La administración de las Ruinas -ubicada en los valles calchaquíes- reporta a la comunidad indígena unos $500.000 anuales, aseguró Chaile”.
La reforma de la Constitución de Tucumán de 2006 reconoció la propiedad de la Ciudad Sagrada a la comunidad originaria, razón por la que en 2008, la administración pasó a manos de los comuneros, representados por el cacique Francisco Chaile, cuyo mandato databa de 1998.
Sería difícil imaginar en la actualidad que las pirámides egipcias o aztecas fueran objeto de luchas entre descendientes de esos pueblos. Es lamentable que un sitio histórico de enorme valor arqueológico siga siendo el fruto de la discordia en una comunidad que debería zanjar sus diferencias en forma civilizada, es decir a través del diálogo y la tolerancia. Estas situaciones de violencia afectan el turismo nacional e internacional que recibe a diario estas ruinas. El Estado podría oficiar de mediador para que no vuelvan a acontecer porque afectan la imagen de la provincia.
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