Basura, baches y mucha suciedad: así recibimos a los turistas

Nació en Viedma, en el sur del país, pero desde hace 30 años vive en Tucumán. Hace unas semanas, Alicia Sánchez regresó a la capital de Río Negro para invitar a unos amigos a conocer la ciudad que la adoptó y los Valles Calchaquíes. En el trayecto de regreso advirtió la diferencia que existe entre los accesos a Tucumán y los de la mayoría de los pueblos y ciudades que atravesó. Estos últimos dan la bienvenida con jardines llenos de flores y césped prolijo, entre otras cosas. En Tucumán, en cambio, da la impresión de que el paisaje invita a seguir de largo.

“A la derecha de la autopista de Circunvalación hay un desarmadero al que si no se lo controla comenzará a tapar el pavimento con restos de autos. Del otro lado está todo lleno de basura. Miles de bolsitas de súper nos recibieron. Fue horrible decir ‘aquí vivo yo’. Ni te cuento lo que dijeron los otros”, confesó Sánchez.

Las vacaciones de invierno arrancan el 6 de julio, pero es habitual que ya en junio, mes que comenzó ayer, se empiece a incrementar el movimiento turístico. Y el estado en el que se encuentran “las puertas de la ciudad” no es el ideal. Para empezar, tal como mencionó Sánchez, la autopista de Circunvalación está repleta de microbasurales humeantes; pobladores de la zona y carreros tiran constantemente desechos que queman casi de inmediato. El tramo más complicado en este sentido es el que se extiende desde la zona del Mercofrut hasta debajo de la obra de sobreelevación de la autopista de Circunvalación, entre los puentes Barros y Lucas Córdoba. Esa obra comenzó en 2012 y avanza lentamente.

Muy cerca de allí, en la rotonda de San Cayetano, donde confluyen las rutas 9, 38 y la calle de entrada al Mercofrut, hay un canal con agua estancada, verde y maloliente, que está repleto de desechos. En esa rotonda arranca la avenida Papa Francisco (ex Wenceslao Posse), donde -como ya se ha publicado en LA GACETA- funcionan numerosos lavaderos clandestinos de vehículos.

Si uno llega por aire, el panorama no es mejor. Aquellos que ingresan a la ciudad desde el aeropuerto por la avenida Gobernador del Campo se encontrarán con lagunas de aguas servidas. “Las cloacas están colapsando desde 2014. Hay dos roturas y ese líquido se junta en esta esquina (la de Coronel Suárez y Gobernador del Campo). Me imagino lo que dirán los turistas cuando nos visitan, pero peor la pasamos nosotros: convivimos las 24 horas con este escenario maloliente”, se quejó Rodolfo Domínguez. En este acceso a la ciudad se suma otro paisaje deprimente: el de los márgenes del río Salí cubiertos por basura que se observa al cruzar el puente Barros.

Inseguridad vial

De vuelta en la autopista de Circunvalación, el tramo que se encuentra al noroeste de la avenida Gobernador del Campo está lleno de baches (una buena entre tantas tristes: en ese sector disminuyen los basurales). La cinta asfáltica en mal estado representa un peligro al que se les suman el tránsito intenso y los carros tirados por caballos que se cruzan impunemente.

¿Qué se hizo?

El mal estado de los accesos a la ciudad no es algo nuevo; de hecho, parece haberse convertido en algo crónico. En junio de 2014, el Gobierno provincial creó la Secretaría de Saneamiento y Mejoramiento de Espacios Públicos, a cargo de Carlos “Alito” Isa Assán. El área, que depende del Ministerio de Economía, nació -según explicó Assán en aquel momento- para realizar trabajos de parquizado e iluminación en predios capitalinos, y el saneamiento en los accesos a la Capital.

“La autopista de Circunvalación es nuestro gran problema, porque constantemente se llena de basura por culpa de algunos vecinos y de los carreros. Además, la situación tiene dos aristas: por un lado, en el barrio Las Piedritas no hay recolección de residuos y, por otra parte, en algunos sectores de la autopista se han instalado familias que también arrojan allí sus desechos”, explicó el funcionario.

A pesar de todo esto, destacó que la situación ha mejorado desde que asumió el 19 de junio de 2014. Aseguró que hay menos basura y que algunos vaciaderos clandestinos han desaparecido, como el que estaba en la entrada del barrio Diza y el que crecía junto a una estación de servicio en el acceso a la ciudad que llega desde Alderetes.

Ante la cercanía de las vacaciones de invierno, LA GACETA se comunicó con el presidente del Ente Tucumán Turismo (y candidato a intendente de Yerba Buena), Bernardo Racedo Aragón, pero el funcionario se negó a opinar sobre el tema