Una pintura de Picasso marcó un nuevo récord en subastas

Por Jorge Figueroa 13 Mayo 2015

Los coleccionistas Victor y Sally Ganz nunca podrían haber imaginado que cuando compraron 15 versiones de “Las mujeres de Argel”, en 1956, por apenas U$S 212.000, décadas más tarde, una de ellas identificada como la versión 0, se convertiría en la pintura más cara jamás subastada. La obra de Pablo Picasso fue adquirida en la noche del lunes por U$S 179 millones en el remate de la casa Chistie’s en Nueva York.

Los expertos de la casa de subastas habían valorado previamente a esa pintura de 1955 en “alrededor de los U$S 140 millones”. Hasta ahora, el récord era ostentado por el tríptico ‘Tres estudios de Lucien Freud’ de Francis Bacon, que hace un año y medio recaudó U$S 142,4 millones en una subasta de la misma casa.

“Las mujeres de Argel”, pintura de un metro y medio de alto y colores fuertes, muestra a cuatro mujeres con el torso desnudo en una combinación de arte abstracto y realista. Desde un punto de vista artístico es un planteo cubista, fuertemente geométrico, que se observa mucho en el tratamiento de los pechos, las cinturas y los traseros femeninos. Una versión del cubismo, en rigor, mucho más cercana al “Guernica” que a “Las señoritas de Avignon”.

La obra ostenta además el récord de ser el Picasso (vivió entre 1881 y 1973) más caro jamás subastado, ya que rompió la marca de 2010 de “Desnudo, hojas verdes y busto”, con U$S 106,5 millones.

De todos modos, el fenómeno responde muy poco, seguramente, a cuestiones artísticas: los economistas insisten en que el arte se ha convertido en un refugio de los capitales que, ante la inestabilidad de la economía internacional, optan por invertir en pinturas y esculturas. Pero también está claro que en el último par de años los compradores chinos, árabes y rusos se han convertido en protagonistas del mercado global.

La pintura subastada es la O. Había aparecido por última vez en un remate en 1997 y fue vendida en ese momento por alrededor de U$S 32 millones. El último dueño de este homenaje de Picasso a su, en ese entonces recientemente fallecido, amigo y artista Henri Matisse era, según Christie’s, un “coleccionista muy privado de Nueva York”.

En “Las mujeres de Argel” el artista cita expresamente la célebre obra de Eugéne Delacroix (del siglo XIX), un emblema del arte romanticista, en la que retrata un harén.

Una estilizada figura

Además, en la misma venta, la obra “L’homme au doigt” (“El hombre que señala”), de Alberto Giacometti, se ha convertido en la escultura más cara jamás subastada al alcanzar los U$S 141,28 millones (unos 126 millones de euros).

La obra, realizada en bronce por el escultor suizo en 1947 y de 177,5 centímetros de altura, es una representación escultórica de la filosofía del existencialismo y forma parte de una serie de seis piezas, de las cuales es la única pintada a mano por el artista.

Giacometti, uno de los escultores más reconocidos del siglo XX, tuvo una formación intelectual que lo acercó a los grandes pensadores de su época: André Breton, Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir y Jean Genet, muchos de ellos retratados en sus cuadros y esculturas.

El artista, creador de un estilo particular, construía sus estilizadas figuras en dibujo, pintura y escultura, pero fue en esta última disciplina en la que se destacó internacionalmente. Durante toda una etapa se inspiró en el denominado arte primitivo, en particular de África.