02 Mayo 2015
Rugby
En Tucumán, el rugby es un deporte cada vez más popular, que se practica desde la niñez. Además de la pasión por la ovalada, y del apoyo familiar, para empezar a practicar el deporte, los chicos requieren una indumentaria especial. Por esta razón, los padres deben evaluar la compra de los botines, de la ropa para entrenamiento, y del equipo del club, entre otros gastos. A esto deben sumarle la cuota social del club que elijan y la inscripción para participar de los campeonatos que organiza la Unión de Rugby de Tucumán (URT).
Luego de relevar precios en casas de indumentaria deportiva de la capital, LA GACETA constató que para iniciar a un niño en el rugby, los padres deben gastar en promedio, y en una primera instancia, unos $ 1.800, que incluirán el calzado, la ropa de entrenamiento, la camiseta y el pantalón del club. Aquí, los padres encienden la calculadora de los gastos familiares. “Este año, los botines le quedaron chicos. Pero zafamos porque el abuelo le regaló unos nuevos. La camiseta todavía le anda, pero el club sacó un equipo nuevo. Así que tendremos que cambiarlo en el transcurso del año”, comentó Javier Heredia, papá del pequeño Franco quien, con siete años, comenzó a dar sus primeros pasos en el rugby.
Santiago Collado, quien tiene un hijo de 13 años, aseguró que los gastos fuertes de indumentaria se producen en el inicio del año deportivo de su hijo, entre marzo y abril, justo cuando se pone en marcha el año escolar. “Lo que hago para ahorrar plata es ver en qué estado se encuentran los botines, uno de los elementos más caros que, en general, duran un año. Lo que renovamos todos los años son las camisetas para entrenamiento que, por la fricción del juego no duran más de seis meses”, estimó el padre de Claudio.
A los gastos de indumentaria, se suman la cuota social del club y la inscripción en la URT. En promedio, ambos ítems suman alrededor de $ 300 a la lista de gastos. En algunos clubes, ese monto incluye el “tercer tiempo”, posterior a los partidos, y gastos para viajes.
Hockey
Al fútbol se puede jugar descalzo, con una tapita de gaseosa, en la calle o en la plaza. Comparativamente, para jugar al hockey, además de técnica, hace falta equipamiento. El palo de fibra de carbono, las canilleras y el protector bucal son los elementos infaltables para iniciarse en este deporte que, en Tucumán, lo practican mayoritariamente las mujeres, en numerosos clubes afiliados a la Asociación Tucumana de Hockey sobre Césped.
Padres y comerciantes de artículos deportivos, que dialogaron con LA GACETA, coincidieron en que para equipar a una jugadora amateur se necesitan alrededor de $ 3000. Además, afirmaron que el palo de hockey es el elemento más costoso. Sobre este punto, comerciantes de artículos deportivos recomendaron el de madera para jugadoras infantiles, que se vende a unos $ 300. Para las categorías juveniles, sugirieron los de fibra de carbono.
“A comienzos de este año, mi hija me pidió que le comprara un palo de fibra de carbono, que es más liviano y resistente. Pagué alrededor de $ 1.000, aunque hay otros más caros”, subrayó Sandra Barone, madre de Sabrina, de 14 años, quien juega al hockey desde los 10.
Pese a que no usan los pies para patear la bocha, las jugadores de hockey renuevan con bastante frecuencia sus calzados. Laura Carabajal, jugadora amateur y madre de dos adolescentes que practican el deporte, afirmó que los botines duran, en promedio un año y medio, debido a las características que tienen las canchas tucumanas. “La mayoría son de alfombras sintéticas con arena. Esto desgasta rápidamente la suela y daña el calzado hasta romperlo”, comentó.
En paralelo a los gastos de equipamiento, los padres deben considerar también la cuota mensual del club, que promedia los $ 230, y la inscripción en la asociación de hockey, que ronda los $ 250. “Además de la ropa del equipo y de la cuota del club, siempre trato de calcular lo que gasto en nafta para llevar a mi hija a los entrenamientos. Es necesario organizarse, porque en la familia hay otros gastos”, concluyó Barone.
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