Rigourd declaró, quedó detenido y habría reconocido sus deudas ante el fiscal Herrera

El empresario y CEO de la financiera Cofin, Jorge Alejandro Rigourd, llegó a Tribunales apenas pasadas las 13 “tranquilo” y con la intención de “aclarar la situación”. Eso declaró a LA GACETA minutos antes de presentarse ante el fiscal de la X Nominación (subroga la fiscalía III), Guillermo Herrera. Ni él ni su abogado, Arnaldo Ahumada, deben haber imaginado que segundos después el financista quedaría detenido por orden de la jueza Mirta Lenis de Vera.

La detención de Rigourd se disparó a partir de la imputación que oportunamente realizara en su contra Herrera por defraudación reiterada, luego de que recibiera una decena de denuncias de ahorristas que no podían obtener el reintegro de su dinero. Ahumada había negado el miércoles pasado que su cliente haya estado prófugo y había dicho que no pesaba hasta ese momento ningún pedido de detención en su contra.

Según trascendió, Rigourd declaró durante más de siete horas ante Herrera. Entre sus dichos, habría dos datos clave para los ahorristas damnificados: reconoció las deudas y no se habría declarado en quiebra. Eso significaría -de confirmarse la versión- que el empresario estaría dispuesto a pagar a sus acreedores. De hecho, le habría dicho al funcionario judicial que se encuentra en proceso de arreglo con muchos de ellos.

Habría justificado las “demoras” en el pago a los ahorristas en la situación general del país, que complicaron sus inversiones de corto y mediano plazo.

Otro trascendido es que Rigourd habría señalado a algunas de las personas que trabajan de él como los causantes de los inconvenientes financieros de la empresa. Respecto de este punto, se pudo conocer que todos ellos ya cuentan con un abogado para presentar batalla de manera separada a la de su jefe.

También trascendió que, entre los duros conceptos incorporados en la imputación, el fiscal habría considerado que Cofin fingía solvencia y seriedad para engañar a los inversionistas que les confiaban sus dineros y que para conseguirlo mostraba buena disposición edilicia y recursos humanos de alta capacitación; que se habrían ganado la confianza de sus clientes mostrando relaciones interempresarias inexistentes, con entidades financieras de primer nivel; que concretaban la entrega de dinero con falsas promesas de restitución de capital e intereses, a partir de contratos mutuos onerosos, entrega de cheques, pagarés, etcétera; que con el dinero de los ahorristas se habrían adquirido campos e inmuebles sin devolver el dinero en tiempo y forma. Además Herrera habría considerado que hubo intención manifiesta de generar un daño patrimonial a los clientes.

La Justicia dictó el secreto de sumario en la causa y no se descarta que se formule un pedido de prisión preventiva contra el financista. Por el momento, Rigourd permanecerá detenido en la alcaidía de Tribunales. El empresario está acusado de estafar a una numerosa cantidad de personas, por un monto que podría superar los $ 200 millones. Fuentes tribunalicias señalaron que cuentan con unas 100 denuncias contra Cofin y que se entregó gran cantidad de turnos para que se presenten otros damnificados ante la Fiscalía.

Conocida la situación de Rigourd, en la city tucumana se comentó que al financista “se le escapó de la mano el negocio”, aunque algunos consideran que puede cubrir parte de los compromisos asumidos. Sin embargo, también admiten que la plaza financiera ha quedado expuesta frente a los clientes que buscaban maximizar sus tenencias a través de inversiones alternativas.