Entre Joseph Haydn y las empanadas tucumanas

Entre Joseph Haydn y las empanadas tucumanas

El chelista rumano Razvan Suma explorará el clasicismo del Concierto en Do mayor con la Sinfónica de la UNT, conducida por Ricardo Sbrocco

CUERDAS Y ARCO. El músico europeo esgrime sus armas musicales. la gaceta / foto de franco vera CUERDAS Y ARCO. El músico europeo esgrime sus armas musicales. la gaceta / foto de franco vera
06 Noviembre 2014
“Vine una vez a tocar Dvorak y otras veces a engordar comiendo empanadas tucumanas”, confiesa Razvan Suma. Cuenta que su chelo no viaja en la bodega de los aviones sino que importa un pasaje más porque ocupa el asiento de al lado. Por eso ayer, el músico rumano eligió el rincón del bar cercano al teatro para escudar su eterno acompañante, el estuche que guarda su instrumento de vida.

Acaba de terminar el primer ensayo con la Sinfónica de la UNT y el director, Ricardo Sbrocco, está exultante: el solista es excelente. “Hemos armado un programa dedicado en la primera parte a los dos máximos exponentes del clasicismo, Wolfgang A. Mozart, con la obertura de Cosi fan tutte, y el Concierto para chelo en Do mayor, de Joseph Haydn. La segunda parte es romántica, con el Vals triste, de Jean Sibelius, y la Obertura Fantasía, de Romeo y Julieta, de Piotr Tchaikovsky”, informa Sbrocco.

Suma no aparenta para nada sus 37 años, y toca el chelo desde los seis años en su Rumania natal. “El de Haydn en Do mayor es uno de los conciertos que más he tocado (es solista de las orquestas de la Radio Nacional rumana) y es uno de los más conocidos. Fue descubierto en Praga, hace unos 25 años”, explica. Y resalta su compromiso con el compositor que está interpretando en el momento: “para mí hoy es más importante Haydn que todos los otros compositores, porque solo así te puedes dedicar en un ciento por ciento”.

En el concierto de mañana estará presente Sena Latif, la embajadora rumana, porque Suma empieza una gira por Argentina organizada por la Embajada y por el Instituto Cultural Rumano; lo esperan en Mendoza y en Buenos Aires para que interprete Bach.

A la vuelta, en Rumania, lo esperan su hijo, su esposa, la tucumana Analía Selis, que es cantante popular. Y también su suegra, que hace empanadas tucumanas de carne cortada a cuchillo, a pedido de la comunidad argentina en Bucarest. “Estoy muy feliz porque Argentina es mi segunda patria”, dice en perfecto castellano, y ya sabemos por qué.

TOCAN MAÑANA

• A las 22, en el Teatro Alberdi (Jujuy y Crisóstomo Álvarez)

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