15 Octubre 2014
EN EXHIBICIÓN. “Scène de guerre au Moyen-âge”, pintura de Edgar Degas. 20minutos.es
“Algunas obras y documentos pueden resultar chocantes para el visitante”. Esta advertencia, poco habitual en una pinacoteca, se lee desde ayer en la entrada de la exposición “Sade. Atacar el sol”, en el parisino Museo d’Orsay. Y es que la imponente muestra, con más de 500 lienzos de Francisco de Goya, Jean Ingres, Auguste Rodin, Pablo Picasso o Max Ernst, se inspira en el pensamiento libertino del autor de “Los 120 días de Sodoma”.
Así, según describe la agencia DPA, Goya compone caníbales que preparan a sus víctimas, Gustave Courbert pinta a dos mujeres desnudas sinuosamente colocadas una junto a la otra y Paul Cézanne a un hombre que estrangula a su amante sobre la cama. Obras en las que la bestialidad y el placer se liberan de ataduras religiosas, mitológicas o históricas y con las que hasta el 25 de enero el museo reivindica a Sade en el bicentenario de su muerte, que se cumple el 2 de diciembre.
El provocador escritor aparece representado como precursor de una imagen liberada de la sensualidad, la avidez y la violencia en la pintura de los siglos XIX y XX. “Fue un impulsor para que el siglo XIX mostrara lo que aún no podía decirse”, explicó Laurence des Cars, una de las comisarias de la muestra. El marqués dio rienda suelta a su eros animal, por lo que a menudo sus libros se toparon con la censura.
“No hemos hecho una exposición para provocar”, subraya no obstante Des Cars, aunque ya el cartel resulta provocador. Según esta historiadora del arte, la muestra no recoge todo lo que pictóricamente está relacionado con el placer y la violencia, sino que también ha sido sometida a la “autocensura”. Así, por ejemplo, el visitante no verá obras con personajes pederastas.
Pese a que las obras de Sade fueran prohibidas en su tiempo, se imprimieron numerosas copias ilegales que inspiraron a otros autores malditos. En el arte, en cambio, su influencia directa es más difícil de probar. “Sólo los surrealistas reconocieron a Sade como uno de sus precursores”, señala Des Cars. Con el marqués como modelo, defendieron la imaginación y fantasía sin límites y hoy aparecen en la exposición que impulsó Guy Cogeval, director de la institución.
Así, según describe la agencia DPA, Goya compone caníbales que preparan a sus víctimas, Gustave Courbert pinta a dos mujeres desnudas sinuosamente colocadas una junto a la otra y Paul Cézanne a un hombre que estrangula a su amante sobre la cama. Obras en las que la bestialidad y el placer se liberan de ataduras religiosas, mitológicas o históricas y con las que hasta el 25 de enero el museo reivindica a Sade en el bicentenario de su muerte, que se cumple el 2 de diciembre.
El provocador escritor aparece representado como precursor de una imagen liberada de la sensualidad, la avidez y la violencia en la pintura de los siglos XIX y XX. “Fue un impulsor para que el siglo XIX mostrara lo que aún no podía decirse”, explicó Laurence des Cars, una de las comisarias de la muestra. El marqués dio rienda suelta a su eros animal, por lo que a menudo sus libros se toparon con la censura.
“No hemos hecho una exposición para provocar”, subraya no obstante Des Cars, aunque ya el cartel resulta provocador. Según esta historiadora del arte, la muestra no recoge todo lo que pictóricamente está relacionado con el placer y la violencia, sino que también ha sido sometida a la “autocensura”. Así, por ejemplo, el visitante no verá obras con personajes pederastas.
Pese a que las obras de Sade fueran prohibidas en su tiempo, se imprimieron numerosas copias ilegales que inspiraron a otros autores malditos. En el arte, en cambio, su influencia directa es más difícil de probar. “Sólo los surrealistas reconocieron a Sade como uno de sus precursores”, señala Des Cars. Con el marqués como modelo, defendieron la imaginación y fantasía sin límites y hoy aparecen en la exposición que impulsó Guy Cogeval, director de la institución.
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