Un testigo complicó al acusado de dejar parapléjico a Tomás Caride en una fiesta

Un testigo complicó al acusado de dejar parapléjico a Tomás Caride en una fiesta

"El señor este hizo dos disparos al aire y otros dos hacia afuera", dijo Juan Pablo Albarracín. Otro testigo, en un careo, admitió que había acusado al dueño de casa, pero explicó que él no lo había visto disparar.

VÍCTIMA. Tomás Caride asiste a las audiencias del juicio; tenía 16 años cuando una bala lo dejó parapléjico. la gaceta / foto de franco vera VÍCTIMA. Tomás Caride asiste a las audiencias del juicio; tenía 16 años cuando una bala lo dejó parapléjico. la gaceta / foto de franco vera
04 Septiembre 2014
Levantó la mano, con el puño cerrado y el dedo índice rígido. Simulando un arma de fuego, apuntó hacia arriba, luego bajó el brazo y señaló al frente. “Hizo así”, dijo Juan Pablo Albarracín, el testigo que ayer aseguró haber visto a Rubén Marcelo Camisay disparar un arma de fuego que -aclaró- no era una escopeta. Su relato refiere a la madrugada del 21 de enero de 2012, cuando una bala hirió en la espalda a Tomás Caride mientras se retiraba de una fiesta. Esa herida le provocó una paraplejia al joven, que en ese momento tenía 16 años.

“El señor este hizo dos disparos al aire y otros dos disparos hacia afuera”, declaró Albarracín, mientras describía los incidentes de aquella noche. En la causa consta que se realizaba una fiesta de jóvenes en la casa de Camisay, en Santa Fe y Esquiú, hasta que llegó un grupo de chicos en motos y lanzaron botellazos contra la vivienda porque no les permitían entrar. En esas circunstancias, Camisay habría realizado el disparo que hirió a Tomás y por el cual se le imputó el delito de lesiones gravísimas agravadas por el uso de arma de fuego. El primer día de audiencia, Camisay había reconocido que realizó disparos para ahuyentar a los revoltosos, pero aseguró que fueron efectuados al aire y con una escopeta. Sin embargo, en una entrevista con LA GACETA, publicada el domingo pasado, negó haber disparado.

Dudas

Los testimonios de dos hermanos, Marcelo Enrique y Juan Pablo Robles, dejaron dudas entre las partes. Incluso el primero de ellos se sometió a un careo con el papá de Tomás, Martín Caride. Al principio, Marcelo aseguraba que jamás le dijo a Caride que había sido Camisay el autor del disparo. Pero cuando estuvo frente a frente con el hombre y escuchó la firmeza de sus palabras, lo admitió.

“Cuando llegué al hospital (esa madrugada), con lágrimas en los ojos y desesperado, (Robles) me dijo que a Tomás le había pegado un tiro el dueño de casa. También me dijo que sentía culpa porque él lo había invitado a mi hijo a esa fiesta”, afirmó Caride. “Más adelante le pedimos que declare y no sólo se negó, sino que desapareció del núcleo de amigos de Tomás”, aseguró el hombre.

Robles no tuvo demasiado para responder. “Así es. Le dije que había sido el dueño de casa el que había realizado los disparos”, contestó el testigo. “¿Usted vio quién efectuó los disparos?”, le preguntó el abogado defensor, Javier Lobo Aragón. A lo que Robles respondió: “no, en ese momento todo el mundo decía eso”.

Juan Pablo Robles, por su parte, sostuvo que escuchó cuatro disparos. “Cuando pasó todo, un hombre salió y me dijo que vaya a la comisaría y haga la denuncia porque el dueño de casa había efectuado los disparos”, contó.

El fiscal de Cámara, Carlos Sale, le pidió al tribunal que constaran en actas las respuestas poco firmes de los hermanos Robles. Así lo ordenaron los magistrados Pedro Roldán Vázquez, Alfonso Zóttoli y María Elisa Molina. El juicio continuará hoy a las 10, con la comparecencia de los últimos testigos.

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