Taquicardia electoral

Taquicardia electoral

Ninguna decisión en la provincia se toma en abstinencia comicial. Todo se piensa en función de un 2015 incierto aunque con rostros más nítidos. La esposa del gobernador sonríe para la foto y Amaya se difumina.

Taquicardia electoral
Los comicios de 2015 entran en juego en cada uno de los hechos que protagonizan los políticos tucumanos. Fueron a La Ramada de Abajo en busca de un debate profundo sobre un proyecto de un legislador formoseño contra la industria azucarera y terminaron enredados de arriba en la disputa electoral.

Beatriz Rojkés, quien precisamente no se destaca por su carácter dócil, vio a Silvia Elías de Pérez y le tiró mandobles. La tenía entre ceja y ceja. Las senadoras son hoy las principales espadas del peronismo y del radicalismo. José Alperovich anda ocupado en definir la sucesión; y el diputado José Cano, en ordenar la casa y las alianzas. 2015 está a la vuelta de la esquina.

La esposa del gobernador sólo hablaba cuando le avisaban que los aplaudidores estaban listos. Los escenarios elegidos eran aquellos que preparaban sus equipos de trabajo. Eran como sentarse en cómodos sofás de un living conocido. Pero el viernes se desató. Tenía una claque importante: legisladores y ministros la iban a aplaudir, pero los empresarios, agricultores y productores presentes formaban un auditorio crítico. Sin embargo, se lanzó, habló, defendió y atacó. “Este fue el lanzamiento virtual de su candidatura”, evaluó un “sibettista”.

Osvaldo Jaldo y Juan Manzur han quedado en el segundo plano. Sin embargo, sus operadores no se detienen y, como si los comicios fueran mañana, operan y cafetean tratando de llevar agua para su molino. El secretario de la Legislatura, Antonio Ruiz Olivares, un manzurista por conveniencia, ya tiene armada media lista de legisladores en el Oeste. Jaldo se peina, sonríe y -si puede- coquetea también en el Oeste, una sección donde aparece más borroso. Su fuerte está en el punto cardinal opuesto.

En todas las fotos, Domingo Amaya aparece muy borroso. Su bastión es la Capital, pero su capital no alcanza a ser un bastión como para dar pelea a los alperovichistas. La báscula dirá hacia dónde se inclina finalmente el intendente. El massismo y algún sector del radicalismo miran con atención sus movimientos y esperan.

La reunión de La Ramada de Abajo había sido convocada para analizar (y para unir) a empresarios y políticos. La causa es defender a la industria azucarera amenazada por un proyecto en el que se prevé aumentar el impuesto a las bebidas que utilicen el azúcar como endulzante, y reducir el gravamen a las que usen el mosto de uva o manzana. Se sintetizó esto como el mosto vs. el azúcar, o como Mendoza vs. Tucumán. Hay una ley tácita en el Congreso que dice que cuando aparece la puja entre dos provincias, se busca que el proyecto quede guardado en un cajón. La misma Cámpora rubrica esta posición. El episodio, sin embargo, ha servido para reunir a protagonistas importantes de Tucumán; y hasta les ha puesto el desafío -que parece imposible- de que piensen en una misma dirección. Tal vez sea un aprendizaje. Hace poco, políticos, ciudadanos y empresarios consideraron importante ponerle punto final a la venta ilegal en el microcentro. El objetivo está casi cumplido y el ejemplo genera respeto y credibilidad.

Las riendas de la cordura

Cuando alguien es incapaz de aceptar un suceso, lo rechaza repetidamente y el resentimiento empieza a invadir la vida. El Consejo Asesor de la Magistratura lleva enquistado desde su nacimiento el rencor. Cada concurso que termina esta institución es recibido en la Casa de Gobierno como algo que le “amarga la vida como una condena”, tal cual describiera Carlos Gardel al rencor. “El mal que me han hecho/ es una herida abierta/ que inunda mi pecho de rabia y de hiel”. Ese parece ser el sentimiento que embarga al gobernador a la hora de recibir las ternas y decidir. Y, justamente, el rencor parece primar en la selección de los candidatos a cubrir la vacante en la Cámara de Apelaciones en lo Penal, un lugar sensible para los hombres del Gobierno porque cualquier denuncia contra ellos puede ir a parar a ese tribunal. Los candidatos a elegir no parecen gustarle al mandatario, por eso esta semana fue festejado el juicio que inició el juez Instrucción de Concepción Guillermo Acosta, quien planteó que en la prueba lo examinaron en base a códigos desactualizados. Ahora hay que ver qué hace la Corte al respecto.

El juicio va a dar que hablar. Si el fallo le da la razón al doctor Acosta, el CAM sufrirá un duro golpe que también lo sentirá el Colegio de Abogados. El vocal de la Corte Antonio Estofán, que alguna vez clausuró la idea de revisar un concurso, ahora piensa lo contrario. ¿Qué cambió? Pocas cosas. Una de ellas es que al Consejo Asesor de la Magistratura hoy lo preside Claudia Sbdar. Cuando los rencores no se pueden superar, reina la resignación que no ayuda a la construcción de las instituciones. La dupla Sbdar y Antonio Bustamante ya tuvo cruces con los representantes de los magistrados en el CAM por este caso. En la estrategia de aquellos no se descarta la posibilidad de pedir la recusación de Estofán.

Repasemos esta trama rencorosa: se está dirimiendo si Acosta estuvo bien examinado o no, pero en el fondo subyacen dos cuestiones: una es que Alperovich quisiera tener una persona más amigable en ese lugar; y la otra es cómo la discordia humana maneja las riendas de la cordura de las instituciones.

Un camino minado

La Universidad Nacional de Tucumán es una hoguera cuyas llamas prometen propagarse. El incendio está lejos de apaciguarse. Las chispas, además, saltan para todos lados. Esta semana, el chisporroteo crepitó en YMAD, donde al legislador radical Fernando Valdez lo hicieron abdicar. En su reemplazo juró el contador Mauro Feldman. El movimiento del tablero fue hecho por el rector Juan Cerisola. Fue un jaque para un hombre de sus afectos, como es el diputado Luis Sacca. El “saccismo” ha hecho gala de manejar con su puño una mayoría del Consejo Superior, que en esta oportunidad hizo mutis por el foro y no objetó la decisión del rector. La lectura política fue que Sacca pidió tablas, con tal de pensar la próxima partida. La vicerrectora Alicia Bardón, en tanto, sigue su campaña por el rectorado como una equilibrista que camina por un cable y a la que, a cada paso, le aparece un nuevo obstáculo. El problema es que ella recién está en la salida y la llegada aún no se divisa.

En estos días, la Justicia Federal recibió la visita de cientos de abogados que pacientemente hicieron cola para anotarse para ocupar un cargo que todavía no existe, y que demostraron que la profesión es cada vez más útil para ser empleado que un libre profesional. Pero también fueron anfitriones de dos fiscales nacionales que con lupa estuvieron revisando causas, entre las que no se descarta que estén cuestiones que rozan a la gestión de Cerisola; y a otras cuestiones donde el vicegobernador licenciado Juan Manzur tiene varias fojas pendientes de definición.

El camino a la elección de rector está minado. Cuanto más cerca está la fecha de la asamblea decisoria, mayores son los riesgos de dar un paso en falso y encontrar una mina que estalle haciendo que las esquirlas salten a los lugares más inesperados. Mientras tanto, cada uno de los contendientes va anotando cuáles son sus huestes para la lucha. Bardón tiene su bastión en Bioquímica; Mateo Martínez, en Medicina. En tanto, Eduardo Coletti comparte bases con otros candidatos. Por su parte, Eduardo Ruiz Pesce anda de trinchera en trinchera. En Ciencias Económicas se enfrentarán dos listas: una de Bardón y una de Coletti; en Agronomía dirimirán los bardonistas con los seguidores de Martínez; en Psicología, al igual que en Arquitectura y que en Derecho, la lucha será entre una lista de Coletti contra otra que suma seguidores de Bardón y de Martínez; en Ciencias Naturales se repetirá el duelo Martínez-Bardón; mientras que en Odontología la pulseada se hará entre bardonistas y colettistas; mientras que Bardón y Martínez repetirán la disputa en Educación Física. No está del todo definida la disputa en Ciencias Exactas, en Artes ni en Filosofía y Letras.

Tanto en la vida de las instituciones provinciales como en las universitarias la vida transcurre con la taquicardia electoral.

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