Mientras comés descubrí las joyas de nuestro patrimonio

Las vías para difundir las maravillas que atesoramos los tucumanos son múltiples. Siempre conviene explorar los canales alternativos, que son los que sorprenden y seducen. De allí el interés que genera una iniciativa del Ente de Cultura para las vacaciones: hablarles de nuestra historia a los comensales de bares y restaurantes. En los individuales (ver las imágenes) estarán desplegados, con textos e imágenes, detalles del patrimonio material e inmaterial de la provincia.

La propuesta surgió del área de arqueología de la Dirección de Patrimonio. "El año pasado, durante las Jornadas de Protección de Bienes Culturales, el director de Patrimonio de Salta nos contó que les había ido muy bien con este proyecto. Nos pareció una idea excelente para implementar en Tucumán", explica, entusiasmado, el arqueólogo Osvaldo Díaz. Pusieron manos a la obra, su colega Eugenia di Lullo se encargó de los diseños y pronto los individuales estuvieron listos para imprimirse.

Díaz cuenta que durante las vacaciones de julio habrá 10.000 piezas distribuidas en locales del centro. La propuesta es ambiciosa, porque apuntan a duplicar esa cantidad durante el receso del verano. Claro, sumando la mayor cantidad de temas, para que los individuales no se repitan.

El diseño es muy cuidado; hasta cuesta imaginarse un plato apoyado sobre las piezas. Ni hablar de ensuciarlas. "Sí -subraya Díaz con una sonrisa-. Es un muy buen material de lectura; nos gustaría que el comensal lo doble y se lo lleve a su casa". Con esto queda expuesto el objetivo de que además de los turistas se genere el interés de los tucumanos. Que les pique el bichito por conocer esos lugares que se promociona desde la mesa.

Para empezar...
La elección lógica fue comenzar la serie con los menhires agrupados en el museo a cielo abierto de El Mollar. "Les estamos haciendo un seguimiento a los monolitos, todo dentro del proceso que se inició con la restauración de las piedras y que desembocará en la concreción del proyecto para dotar de infraestructura al predio", explicó Díaz. Eso está explicado en el individual. 

El segundo individual se refiere al ambicioso proyecto Qhapaq Ñan, cuya finalidad es que la Unesco declare patrimonio de la humanidad los sitios incas ubicados a lo largo del sistema vial andino. En esta propuesta están unidos Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador. En nuestro país esas huellas están dispersas por varias provincias, desde Jujuy a Mendoza. En el caso de Tucumán el registro está en La Ciudacita, ubicada dentro del Parque Nacional Los Alisos.

Qhapaq Ñan nació en Perú en 2001, y en 2004 se invitó a Argentina a sumarse. Junto a la protección de los sitios el proyecto apunta al desarrollo de las comunidades asociadas a ese camino que unió el continente de punta a punta. A Díaz le interesa particularmente lo referido a La Ciudacita. "Es importante una investigación del yacimiento -estimó-. A excepción del trabajo de Orlando Bravo no se hicieron excavaciones sistemáticas en la zona".

La siguiente pieza ensalzará una joya del patrimonio inmaterial tucumano: la empanada. Y más adelante figuran en los planes individuales sobre Ibatín y la famosa piedra pintada de San Pedro de Colalao.

Díaz aprovecha para advertir la preocupación de la comunidad arqueológica sobre esta piedra, a causa de los casos de vandalismo que se registran.

Habló de la necesidad de implementar un proyecto que incluya, además de la restauración, la seguridad y la instalación de nueva cartelería.