Solo con ganas no alcanza

Solo con ganas no alcanza

Argentina mostró más actitud que en Salta, pero volvió a perder contra un rival superior.

UN LEÓN. Julio Farías jugó de segunda línea en lugar de Esteban Lozada. El tucumano aportó su habitual potencia. UN LEÓN. Julio Farías jugó de segunda línea en lugar de Esteban Lozada. El tucumano aportó su habitual potencia.
La ilusión de una revancha que borrara la paliza sufrida en Salta se estrelló de frente y a toda velocidad con la solidez de otra gran producción rugbística de Inglaterra. Como la semana pasada, el seleccionado europeo volvió a plasmar una amplia diferencia sobre Los Pumas, que quedó reflejada en el tablero final: 51-26. De esta manera, los ingleses redondearon una impecable gira por el continente, de donde se llevan un triunfo sobre Sudamérica XV y dos goleadas sobre Argentina.

¿Cambió algo en estos siete días? Sí. Pese a que el desenlace fue el mismo, el camino hacia él no. Los Pumas mostraron mayor actitud y concentración, sobre todo en la primera media hora, en la que dominaron a "La Rosa" con posesión de pelota y la obligaron a infracciones que Martín Bustos Moyano transformó en puntos.

Pero a partir de entonces, la visita comenzó a encontrarle la vuelta al partido. Se posicionó en campo argentino, probó la presión con los kicks y, mientras Argentina empezaba a desvanecerse en imprecisiones, fue buscando y fabricando espacios con paciencia, gracias a una buena obtención con el scrum y un buen trabajo en los rucks. Así, pasaron al frente con dos tries en 10 minutos y se llevaron el parcial por 25-12.

La charla en el entretiempo devolvió a Los Pumas al papel de protagonistas, pero solo por un rato. Una vez que se quedaron sin nafta, Inglaterra se abocó a terminar lo que había empezado, con una gran tarea de Marland Yarde.

Los tucumanos Julio Farías, Benjamín Macome, Gabriel Ascárate y Matías Orlando (ingresó en el complemento) estuvieron firmes en el tackle y siempre buscaron ir hacia adelante.

Lo que puede rescatarse de este segundo round fue el entusiasmo y la corrección de algunos errores, pero nada más. Muchos demostraron no estar a la altura.

Ahora, a pensar en Georgia.

Comentarios