De entre las ruinas del vandalismo, la Casa Ecológica de El Cadillal vuelve a empezar

De entre las ruinas del vandalismo, la Casa Ecológica de El Cadillal vuelve a empezar

Se cayeron los techos y les robaron todo, pero ya la están levantando de nuevo. En julio podría estar abierta al público

 LA GACETA / FOTOS DE ANALíA JARAMILLO LA GACETA / FOTOS DE ANALíA JARAMILLO
06 Mayo 2013

"Lo que queremos es que nos copien. Que vengan a visitarnos, que se den cuenta de todo lo que pueden hacer en su casa, y que se vayan pensando en implementar algo de todo lo que vieron". Así resume Roberto Navarro la función de la Casa Ecológica, un complejo ubicado en El Cadillal que fue construido con fines educativos.

Fue levantado, pero también destruido y saqueado. El proyecto, que comenzó en 2000 y que vio sus primeros frutos tras seis años de duro trabajo, había caído en el progresivo deterioro natural incentivado por la falta de fondos para mantenerlo. Y como del árbol caído todos hacen leña, no le dejaron ni siquiera las chapas del techo. "Es un problema de la zona, todos los que tienen casa acá saben que no pueden dejar nada afuera porque se lo roban. ¡Nos robaron hasta las gallinas!", exclama Navarro. Ya no está amargado y hace dos meses que, otra vez, decidió levantar la pala, convocar gente, y empezar de cero con su eco-sueño.

La historia de la Casa Ecológica empezó hace unos 13 años. Navarro y su mujer, ambos docentes universitarios e investigadores, anhelaban tener una casa que se encuentre en total armonía con la naturaleza para que sirva de ejemplo, para que los conocimientos de construcción sustentable no queden sólo en los libros y se vuelvan palpables. Conformaron la Fundación Biogen para poder recibir el terreno de dos hectáreas emplazado a pocos metros del arco de entrada a El Cadillal y ahí pusieron manos a la obra, siempre con voluntarios comprometidos con la causa.

"El verano pasado fue nocivo para la casa. Al estar construida íntegramente en adobe, el daño que nos hizo el agua fue enorme. Con eso se intensificaron los robos y, con tantas cosas en contra y sin fondos, nos dieron ganas de tirar la toalla más de una vez. Pero acá estamos de nuevo", dice Navarro, profesor de Biotecnología Microbiana, en la carrera de Biotecnología en la UNT. Sonia Vrech es su mujer y docente de Mecánica Técnica en la Facultad de Ciencias Exactas. Ella fue la encargada de pegar cartelitos por toda la casa de altos estudios. "Se buscan alumnos ecologistas", decía sencillamente el anuncio. Y así fue como empezaron a sumarse estudiantes de Medicina, de Biología, de distintas ingenierías, Arquitectura y Biotecnología, entre otras. Con este grupo heterogéneo empezaron de nuevo a levantar la Casa Ecológica desde las ruinas y planean tenerla lista para el 9 de julio. Ese fue el día escogido para hacer la reinaguración.

Tecnología eco

Tres condiciones deben cumplirse para que la casa sea considerada ecológica, según explica Navarro. Lo primero es que esté construida con materiales naturales, en lo posible reciclados y/o recuperados. Es por eso que las paredes son de adobe, el cielo raso de caña y los dinteles de durmientes del ferrocarril.

En segundo lugar, una casa ecológica no debe contaminar. Es decir que todos los residuos que se produzcan por su uso deben ser tratados y devueltos al medioambiente. Para ello, cuenta con un sistema para reducir los contaminantes de la materia orgánica del baño, filtrar el agua y utilizarla para riego.

Finalmente, la energía que use una vivienda de este tipo debe ser renovable. Esto está conectado con el punto anterior: mediante un digestor, convierten los residuos orgánicos del baño en gas que puede ser usado en la cocina. Además, cuentan con paneles y un aerogenerador para producir y almacenar energía eléctrica.

"Queremos que sea un centro de referencia. Que la gente venga a aprender, a consultar y llevarse ideas para aplicar en sus casas. Queremos demostrar que se puede", finaliza Navarro.

Una cooperativa ecologista se sumó al trabajo en la eco-casa 

En este nuevo impulso por levantar la Casa Ecológica se sumó una cooperativa llamada Casa de Adobe. Son unos diez miembros permanentes que aspiran, a largo plazo, a conformar una ecoaldea para vivir en armonía con el medioambiente. "Estamos tramitando los papeles para convertirnos en una cooperativa formal, pero ya estamos trabajando hace rato en proyectos propios como el armado de huertas urbanas", contó Juan Manuel Nadal.

Cuando se enteraron de esta iniciativa en El Cadillal decidieron colaborar: ellos serán los encargados de cuidar el predio y recibir las visitas de turistas y contingentes de estudiantes. "Vamos a conformar turnos rotativos para cuidar la casa y estar aquí cuando llegue alguien que quiera conocerla. Además, nos aseguraremos de que no roben y del mantenimiento", explicó Nadal.

La primera tarea de Casa de Adobe en esta eco-casa será reflotar la huerta que se perdió. El objetivo de la plantación será exclusivamente educativo y para alimentar a los animales (hace años que hay dos caballos en la casa). "También queremos tener un gallinero y una caballeriza, pero vamos de a poco", señaló. Por el momento, la Casa Ecológica tiene algunas plantas de tuna y de limón, pero quieren hacer una huerta lo más diversa posible, utilizando el humus que generan en un lombricario propio.

Les robaron hasta las máquinas para cortar el césped

Estudiantes de diferentes carreras universitarias se encuentran trabajando para recuperar la casa de la destrucción. Ahora redoblarán la apuesta: quieren armar una huerta orgánica, una caballeriza y un gallinero. Por el momento, al césped lo cortan manualmente porque les robaron hasta las máquinas para hacerlo. En la Casa Ecológica nada se tira: todos los escombros son reutilizados.

Un concepto muy conocido, pero poco aplicado

El muro Trombe es una joya de la Casa Ecológica. Es un pequeño "invernadero" montado sobre una pared de piedra que calienta el aire y lo inyecta al interior por unas rejillas. Así se calefacciona el ambiente. Navarro explica que los estudiantes de Arquitectura lo ven en los libros, pero que acuden a la casa para ver cómo funciona. Hay información sobre el sistema, pero pocos ejemplos tangibles.

Refrigeración

Unas bocas obtienen aire del exterior, lo enfrían a través de una cañería subterránea (la temperatura allí es mucho menor) y la transportan hasta el interior de la casa. Así se enfría la Casa Ecológica, sin gastar ni un ápice de energía eléctrica.

Energía

El aerogenerador produce tres veces más energía que un panel solar, pero el viento no es el fuerte en estas geografías. A la derecha, Sonia y Roberto, los capitanes de este barco que estuvo a punto de hundirse, pero que salió a flote.

Con caña hueca

El trabajo en la Casa es experimentar para ver hasta dónde se puede llegar. Entre los ensayos, hicieron muebles de bambú muy bien logrados. Creen, incluso, que superaría una prueba de fuego: una noche de bodas. Pero nadie lo ha comprobado...

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