La recuperación de la Villa de Medinas

La recuperación de la Villa de Medinas

15 Abril 2013
El tiempo pasa. Pero las esperanzas renacen de tanto en tanto. Es uno de los pueblos más viejos de Tucumán. Tras haber alcanzado un período de esplendor, a fines del siglo XIX, la Villa de Medinas comenzó a apagarse porque quedó marginada del trazado del ferrocarril provincial. Distante 83 kilómetros de San Miguel de Tucumán y con acceso por la ruta provincial 329, toda esa zona, cuyo primitivo nombre era Acapianta, figura en las crónicas locales desde tiempos de la Conquista, cuando era encomienda del capitán Gaspar de Medina. Su apellido terminaría bautizando aquellas tierras. Algunos documentos señalan que su fundación ocurrió en 1643.

Hace pocos días, más de 180 estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNT alborotaron el silencioso poblado. Tendrán la tarea de recoger datos y elaborar ideas-proyecto para la recuperación histórica de la villa, que presentarán en julio a sus docentes en el marco de un convenio entre esa casa de estudios y la comuna de Medinas. Según explicó el comisionado rural, el objeto es recuperar el casco histórico, así como la entrada y en una segunda etapa generar emprendimientos gastronómicos con la idea de poder incorporarse al circuito turístico; ello redundaría en una reactivación económica. Los pobladores anhelan contar con una farmacia, con la recuperación del mercado en ruinas, el funcionamiento del correo y la apertura de la biblioteca. Pero la preocupación mayor de los pobladores es que haya fuentes de trabajo para que los jóvenes no emigren.

Con este relevamiento universitario y la posterior elaboración de proyectos sobre la biblioteca, un centro deportivo, un área sanitaria, un centro cívico, un balneario, un conjunto de viviendas sustentables y un centro cultural, se pretende que le sean de utilidad a la comuna para gestionar recursos ante el Gobierno nacional y organismos internacionales.

No es la primera vez que se anuncian proyectos para rescatar la Villa de Medinas del olvido en el que está sumida, tal como lo señaló ayer el lector Hugo Navarro en nuestra sección de Cartas, en la que resumía varios títulos de LA GACETA sobre el anhelado despegue a partir de 1989. Desde 1988 existe un proyecto de rehabilitación integral de la villa. En abril de 2011, los especialistas desarrollaron la teoría de que las rehabilitaciones del patrimonio debían ser integrales; es decir, no sólo de los elementos físicos (arquitectura y urbanismo), sino también de la sociedad: por medio de mejoras en la calidad de vida de los vecinos puede garantizarse la conservación de las obras. Se planificaron microproyectos de desarrollo económico-social y urbano-arquitectónicos. Sin embargo, el proyecto nunca se materializó.

Sería saludable que el trabajo de los futuros arquitectos llegara a buen puerto y que fuera de suma utilidad para los medinenses. También sería importante que el Gobierno provincial tomara conciencia del valor patrimonial de esta localidad declarada Pueblo Histórico Nacional por la ley 25.513, y se ocupara de detener la lenta agonía. En su carta de ayer, el lector Navarro citaba un libro escrito por el recordado sacerdote David Dip, publicado en 1950: "Fue llamado en su destino a ser un factor preponderante de progreso, quiso la fatalidad o la incomprensión de los hombres que así no fuera. La Villa espera, como Lázaro, una mano de hierro que le indique: levántate y anda".

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