La historia de nunca acabar

La historia de nunca acabar

Chicago hizo honor a sus antecedentes y en Mataderos se vivió una tarde violenta.

INCREÍBLE. Los jóvenes hinchas de Chicago huyen en una de las tantas corridas que se vieron en la cancha del Torito durante el partido. En la fecha 2 le suspendieron la cancha por incidentes con Gimnasia (J). INCREÍBLE. Los jóvenes hinchas de Chicago huyen en una de las tantas corridas que se vieron en la cancha del "Torito" durante el partido. En la fecha 2 le suspendieron la cancha por incidentes con Gimnasia (J).
05 Noviembre 2012
BUENOS AIRES (Leo Noli, enviado especial de LA GACETA).- El anticipo de lo que está por caer, llega con una batahola en la tribuna "República de Mataderos". Una marea humana genera un blanco gigante. La platea por un instante queda desierta. Toda la gente que estuvo tapándola está enroscada cerca de la tela olímpica, a pura piña. La mayoría tiene miedo y trata de alejarse de la escena. "Siempre pasa lo mismo acá. Es de nunca acabar", reniegan unos colegas que se encargan de la cobertura de la vida de Chicago. Por seguridad (ya fueron amenazados) no dan su nombre.

El descanso del partido es el inicio de una corrida con final sangriento. Por afuera, ya cuando el mar de violencia se calmó, dicen que hubo gente apuñalada; por dentro, donde LG Deportiva estuvo, la película del descanso de la pelota fue una guerra. Mucha gente corriendo a poca gente: los cazan y golpean salvajemente. Los heridos viven por obra y gracia de que las mismas patadas que reciben los despiertan y les dan una segunda chance. La Policía es "echada" de una puerta de acceso. Infantería dispara balas de gomas mientras sus escudos cubren las piedras y rocas que vuelan rápidamente a sus pies.

Una interna feroz sacude Mataderos. Dos Barras unidas por intereses económicos se dirimen el poder: "Los Perales" y "Las Antenas". La primera es de capital y "bancada" por el macrismo. La otra de Provincia, sustentada con intereses K", cuenta un colega. El helicóptero de la Policía Federal sobrevuela la zona. Una camión hidrante llegó de apoyo. El infierno consume el tiempo de a cuentagotas. Muchos pibitos onda Wachiturros piden pelear, se quieren hacer ver.

"Todo esto es por plata y por venganza. A principios de año hubo dos muertos, uno que era un 4 de copas y el otro un capo de los Perales", agrega el informante anónimo.

Insólitamente, las fieras bajan los brazos y vuelven a su lugar. Las dos barras que se mataban por arte de magia están juntas nuevamente. "Hubo un llamado, una transa. Alguien puso plata para que se calme todo", dicen. Chicago será otra vez noticia. No por sus logros, sino por el terror que sienten sus hinchas.

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