21 Septiembre 2012
EN RÍO SECO. El choque del Peugeot 405 dejó dos heridos de gravedad. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL
La ruta 38 revalidó impiadosamente ayer su título no oficial de "Ruta de la Muerte". El transporte de caña fue, durante la fatídica jornada, partícipe de dos tragedias.
La víspera de la primavera ya había amanecido luctuosa sobre la vieja traza. A la madrugada, un Auto Rural Compartido embistió el último de cuatro carros tirados por un tractor y tronchó la vida de un joven de Aguilares (Ver "Un auto...") Pero no sería la última muerte del invierno sobre la carretera en la que circulan más de 10.000 vehículos diarios en el tramo Concepción-Aguilares, pico al que comienza a acercarse Concepción-Monteros, según Vialidad Nacional.
Precisamente, Río Seco, al sur de Monteros, sería el escenario de un segundo accidente, que consternó a los vecinos del sur tucumano.
Anoche, un Peugeot 405, que según fuentes policiales habría sido manejado por un menor, maniobró bruscamente para esquivar una rastra. Al salirse de la calzada embistió a una familia (sus datos no trascendieron) que encendía velas ante una gruta, aparentemente para rezar por la memoria de un familiar que murió en esa vía. En el choque murió una niña de cuatro años y dos personas quedaron gravemente heridas.
El horror se vivió frente al barrio Matadero. Casi una cruel ironía.
La víspera de la primavera ya había amanecido luctuosa sobre la vieja traza. A la madrugada, un Auto Rural Compartido embistió el último de cuatro carros tirados por un tractor y tronchó la vida de un joven de Aguilares (Ver "Un auto...") Pero no sería la última muerte del invierno sobre la carretera en la que circulan más de 10.000 vehículos diarios en el tramo Concepción-Aguilares, pico al que comienza a acercarse Concepción-Monteros, según Vialidad Nacional.
Precisamente, Río Seco, al sur de Monteros, sería el escenario de un segundo accidente, que consternó a los vecinos del sur tucumano.
Anoche, un Peugeot 405, que según fuentes policiales habría sido manejado por un menor, maniobró bruscamente para esquivar una rastra. Al salirse de la calzada embistió a una familia (sus datos no trascendieron) que encendía velas ante una gruta, aparentemente para rezar por la memoria de un familiar que murió en esa vía. En el choque murió una niña de cuatro años y dos personas quedaron gravemente heridas.
El horror se vivió frente al barrio Matadero. Casi una cruel ironía.
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