La vieja capilla subterránea conjuga arte, historia y religión

La vieja capilla subterránea conjuga arte, historia y religión

USOS. En esta sala se organizan exposiciones de arte contemporáneo.  USOS. En esta sala se organizan exposiciones de arte contemporáneo.
10 Agosto 2012
Cuando se visita la cripta es posible dimensionar lo que se proyectaba para el templo de arriba. Esta capilla subterránea responde al estilo clásico, sus columnas son cilíndricas y siguen el estilo de las grandes basílicas. Por el agua subterránea nunca pudo funcionar. Durante años estuvo inundada, y cuentan que la usaban como pileta de natación. Tiene las mismas dimensiones que el nuevo templo y se accede a ella por una puerta ubicada cerca del altar principal. Se pensaba celebrar allí misas de difuntos y otras liturgias.

Para llegar hay que descender por unas escaleras circulares. Lo primero que llama la atención de esa mole subterránea es el silencio y la enormidad. Es oscura, fría y húmeda. Se escuchan las napas de las que sigue saliendo el agua, pero esta corre ahora por unos canales laterales y ya no anega la cripta. Desde 2008 este lugar fue destinado a actividades artísticas. Integró parte del circuito de la "Noche de los museos". Ahora funciona como un espacio de arte independiente, que está coordinado por Bruno Juliano, Paula Scarso y Gustavo Nieto. El objetivo es que forme parte de un espacio de investigación de arte contemporáneo. El entorno lo hace perfecto, una conjugación de arte, historia y religión.

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