La nueva paternidad es multifuncional

La nueva paternidad es multifuncional

Un informe de la Fundación Observatorio de la Maternidad indica que los hombres con hijos alcanzan menos logros educativos que los que no los tienen. La hipótesis central es que el varón sigue siendo el principal proveedor, y que en consecuencia no puede resignar el empleo. Se discute, además, una nueva ley de licencia por paternidad.

NUEVOS TIEMPOS. Marcelo Vermal trabaja como cuidador y como electricista y comparte con su esposa la crianza de sus hijos Salustiano y Nazareno.  LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO NUEVOS TIEMPOS. Marcelo Vermal trabaja como cuidador y como electricista y comparte con su esposa la crianza de sus hijos Salustiano y Nazareno. LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO
El siglo XX, se sabe, ha revolucionado el universo femenino, tanto en el plano social como en el laboral. Y si se intuía que esos cambios iban a reconfigurar necesariamente el mundo masculino, las evidencias de esas transformaciones están entre nosotros: papás cambiando pañales, cocinando, limpiando, llevando a los chicos a la escuela. A veces, porque es la mujer la que ha encontrado mejor inserción laboral; otras, porque, simplemente, les gusta esta nueva forma de ser padres; el salto del hombre "colaborador" al hombre que es protagonista de la vida doméstica.

Que lo cuente en primera persona Marcelo Vermal, papá de Salustiano (siete años) y Nazareno (tres meses) y casado con Nancy Barraza. "Por una circunstancia, convenía que yo lo cuidara a Salustiano. Y tuve que aprender. Los varones hemos aprendido a trascender la inmediatez: nosotros, que somos de pensar el día a día, tuvimos que entender que si un chico llora, es por algo. Si queremos que se calle, por lo general le pegamos un chirlo. La madre es más de cuidar que no grite de entrada. El varón tiene que aprender a poner límites en la génesis de la situación y de la conducta. Los varones ponemos límites recién cuando la situación se vuelve intolerable. Nuestra tendencia es a la comodidad, porque así nos han criado. Pero ocurre que hoy las mujeres tienen a veces más posibilidades laborales. Y nosotros estamos aprendiendo a cuidar", reflexiona Marcelo (43), cuarto año de Derecho inconcluso, cuidador de un anciano, electricista, casado con Nancy (empleada no docente de la UNT) y amo de casa todo terreno.

"El hombre está cambiando su rol en el hogar, en su relación con los hijos. Antes, él era un colaborador de la madre. Ahora, él participa cada vez más en la crianza de los hijos", afirma por su parte la legisladora Beatriz Ávila, autora de uno de los proyectos de ampliación de la licencia por paternidad para empleados públicos (de dos a cinco días hábiles desde el nacimiento del bebé, incluyendo la paternidad por hijo adoptado) que esperan su turno para ser debatidos en la Legislatura tucumana.

En el plano nacional, el diputado laboralista Héctor Recalde impulsa una iniciativa similar, que ya tiene media sanción del Senado, y que, de ser aprobada, requeriría cambios en la Ley de Contrato de Trabajo, con consecuentes beneficios para los trabajadores privados. Sin embargo, no todas son rosas para los varones, en este reacomodamiento de roles. Según la Fundación Observatorio de la Maternidad, uno de cada dos hombres que conviven con hijos no completó el nivel secundario. "Los varones jefes de hogar o cónyuges que conviven con hijos alcanzan menores niveles educativos que aquellos que no comparten con hijos la vida diaria", se indica en el informe del organismo de junio de este año. Lo mismo pasa con la Universidad. Lo dicen los números procesados por el Observatorio de la Maternidad en base a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH, cuarto trimestre de 2010): el 26,8% de los jefes de hogar o cónyuges en hogares sin hijos completaron los estudios terciarios o universitarios frente al 14,4% entre los que habitan hogares en los cuales hay hijos. ¿ Cómo se explica este rezago educativo de los hombres que conviven con hijos, en una Argentina en la que se ha extendido la escolarización obligatoria?

Leer la paradoja Carina Lupica, integrante del Observatorio de la Mujer, afirma que hay al menos dos lecturas posibles de esa aparente paradoja: 1) los hombres que tienen hijos a menor edad no pueden continuar con sus estudios y, 2) los hombres con mayor nivel educativo postergan la paternidad. "Lo cierto es que en la Argentina tenemos una deuda con la finalización de los estudios secundarios. Este déficit educativo que tienen casi la mitad de las madres y padres repercute en la crianza y en la educación de los hijos", advierte la experta.

De todos modos, en el informe se indica que cuando hay hijos en el hogar, el varón participa más en el mercado de trabajo, cualquiera sea el nivel educativo alcanzado. En cambio, en las mujeres sí se observa una relación directa entre inserción laboral y nivel educativo. Lupica observa que entre las principales causas del menor desarrollo laboral de las mujeres, se destacan las labores domésticas y de cuidado de hijos y otras personas dependientes dentro del hogar, tareas que aún siguen desempeñando ellas de forma casi exclusiva. Es lo que se entiende como "economía del cuidado", entendida como la relación que existe entre la manera cómo las sociedades organizan el cuidado de sus miembros, y el funcionamiento del sistema económico.

¿Qué pasará ahora, cuando los varones empiezan a participar de esta actividad del cuidado que hasta el momento no cotiza lo que vale? Por lo pronto, vale otra vez la reflexión de Marcelo, cuidador por excelencia. "Uno, cuando cuida a las demás personas, desarrolla más amor; es inevitable; y ese sentimiento, sea hacia un hijo o hacia un anciano, nos hace mucho más grandes como personas".

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