Con la manzana rodeada

Con la manzana rodeada

Están acorralados y no tienen escapatoria. Lo que comenzó como una picardía política hace un mes terminó en un papelón sin precedentes. Por pedido de una empresa constructora cercana al poder gobernante, los concejales alperovichistas modificaron un proyecto original del intendente Amaya que preveía la construcción de galerías comerciales en el microcentro y lo retocaron a gusto y paladar del inversor. Quien hizo las veces de intermediario entre el empresario y los ediles fue un experimentado asesor del Concejo Deliberante que en gestiones anteriores ocupó cargos de relevancia en el área de Obras Públicas. La idea de erradicar del mapa capitalino a los pulmones de manzana y reemplazarlos por cocheras se transformó, sin discusión previa, en una ordenanza que fue promulgada en tiempo récord por el presidente del cuerpo, Ramón Santiago Cano. La vida de los vecinos del centro de la ciudad no iba a ser igual. Los urbanistas habían advertido que la medida provocaría trastornos en el medio ambiente y en la salud de los habitantes. Avizoraron que la ordenanza no favorecía al bien común de los vecinos y que la norma traería consecuencias, tales como mayor contaminación del aire o un aumento en la temperatura de la ciudad. Como el bien común estaba en juego, el Colegio de Arquitectos realizó una presentación en la Justicia para que se declare la inconstitucionalidad de la norma. Ante un inminente fallo a favor de los urbanistas por parte de la Sala I de la Cámara en lo Contencioso Administrativo, los concejales alperovichistas, en un nuevo acto de sumisión decidieron dar marcha atrás con la decisión por expreso pedido del gobernador Alperovich. En la sesión de mañana los ediles enmendarán el error y dejarán todo en su estado original. Un mes después, se dieron cuenta que tenían la manzana rodeada.

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