En Tilcara anda suelto el diablo y ¡vale todo!

En Tilcara anda suelto el diablo y ¡vale todo!

LA GACETA/ FOTOS DE PAULA MIRKIN. LA GACETA/ FOTOS DE PAULA MIRKIN.
20 Febrero 2012
La falta de combustible, el tránsito que hace interminable el camino hasta Tilcara y el calor agobiante de las rutas no impiden -en absoluto- que los tucumanos disfrutemos el carnaval jujeño. Las callecitas abarrotadas de comparsas, "diablos", espuma, talco y papel picado son un atractivo único que nadie está dispuesto a perderse.

"Hace tres años vengo con toda mi familia y con algunos amigos. Esto es algo único que nadie puede dejar de conocer; una experiencia incomparable. Esto no se ve en Tucumán, y además este año es mucho mejor porque vengo con ella", explica Yamil Sale (22 años) mientras mira a su novia con la cara llena de talco y la camiseta de San Martín orgullosamente puesta.

Yamil afirma que lo mejor del carnaval de Tilcara es la gente. "Acá todos son amigos de todos. No importa si sos porteño, tucumano, jujeño o extranjero", se entusiasma.

Evelyn Palacios (23) asistió por primera vez al carnaval con la familia de Yamil, su novio desde hace un mes. "Cuando lo conocí, lo primero que hizo fue mostrarme sus fotos en el carnaval y me encantó su onda -reveló-. A partir de ese momento me enamoré y quise que viniéramos juntos. Así que estoy muy feliz. Yo diría que estamos de novios gracias al carnaval".

Mientras los chicos relataban su historia de amor y contaban cómo la fiesta tilcareña los había unido, el papá de Yamil, las hermanas y los amigos les tiraban espuma y talco sin parar. Ellos ni se inmutaron: "vinimos para esto, es lo que nos gusta. Divertirnos en familia, andar todo el día, hacer amigos y disfrutar".

Evelyn quedó sorprendida desde que llegó a la quebrada. "Además de la fiesta me impactó que no hay inseguridad, son todos muy honestos -destacó-. Como vinimos sin haber contratado alojamiento tuvimos que andar dando vueltas por calles oscuras a altas horas de la noche y nos dimos cuenta de que no pasa nada. Es más: se me cayó plata dos veces desde que llegué y vinieron siempre a devolvérmela; eso me sorprende porque en Tucumán nunca me pasó".

Protagonistas
Como cada año, salen de sus fortines las comparsas que llevan color y alegría a la villa. El ritual es siempre el mismo: se juntan todos a almorzar, luego comienzan a llegar los turistas para el desentierro del diablo y homenajear a la Pachamama. Entonces vale todo. "Si te corrés es peor porque te persiguen hasta que quedás todo sucio. Lo mejor es meterse en el juego y disfrutar", apunta un tilcareño desde la puerta de su local de comidas.

Hay de todo en este carnaval. Extranjeros felices, otros con cara de enojados (!), argentinos de todas las provincias (en su mayoría de Buenos Aires), jujeños, salteños y, por supuesto, tucumanos. Llaman la atención aquellos turistas que casi no comprenden el idioma y mucho menos de qué tratan estos festejos. Eso de ir caminando por la calle y que te llenen de espuma no es para todos. Pero cuando se enganchan, explotan de felicidad.


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