Se avizora un aterrizaje en la economía que viene

Se avizora un aterrizaje en la economía que viene

La caída en los precios internacionales y los efectos de una posible recesión global en los principales socios comerciales pueden influir en el crecimiento de la actividad económica argentina. El propio gobierno proyecta un aumento del Producto Bruto Interno casi a la mitad de lo que prevé para este ejercicio. El Fondo Monetario alertó sobre un recalentamiento con alto impacto en los precios.

25 Septiembre 2011
2012 está lejos de ser un año apocalíptico para la economía argentina. Sin embargo, la posible recesión global le pone un gran signo de interrogantes al rumbo económico que se viene por sus efectos colaterales. Ya el Fondo Monetario Internacional (FMI) tuvo que cambiar sus proyecciones debido a la profundización de los problemas financieros. La economía mundial -dice el organismo en su último reporte- está afectada por la confluencia de dos sucesos desfavorables:

Una recuperación mucho más

lenta de las economías avanzadas desde el comienzo del año, un hecho que en gran medida no llegamos a percibir mientras ocurría.

Una marcada agudización de la incertidumbre fiscal y financiera, que ha sido particularmente pronunciada desde agosto.

Cada uno de estos sucesos es preocupante; su combinación y sus interacciones lo son aún más, afirma el Fondo. El crecimiento, que había sido vigoroso en 2010, disminuyó en 2011. En un principio, la desaceleración no causó demasiada preocupación, reconoce el FMI. Sin embargo, con la realidad global está encaminando al mundo hacia una recesión. A tal punto que el propio organismo consideró que la economía argentina se presenta hoy bajo un estado de "sobrecalentamiento", con su efecto en los precios, como uno de los principales riesgos para la economía que se viene para 2012.

Fernando Marengo, economista jefe de la consultora Ricardo Arriazu y Asociados, afirma a nuestro diario que a la evolución económica argentina hay que interpretarla desde dos puntos de vista. "Aun si el mundo no entrara en recesión, la probabilidad es que el año que viene el Producto Bruto Interno (PBI) de la Argentina se expanda a un ritmo más moderado que lo que muestra actualmente", dice el experto. En ese aspecto, se toman en cuenta que los impulsos de precios internacionales no están subiendo al ritmo que lo hicieron en otros períodos, mientras que el volumen de cosecha, que este año fue bueno, no aumentaría en la próxima temporada. Otro factor a tener en cuenta es la situación de los principales socios comerciales de nuestro país. En este aspecto, Marengo puntualiza que la desaceleración económica de Brasil obligaría al futuro gobierno salir a buscar financiamiento en el mercado para cubrir su frente fiscal. Con todo esto, es probable que la economía argentina se expanda en torno del 4% durante el año próximo.

La otra faceta que hay que tomar en cuenta, la de un escenario global recesivo, golpeará directamente a la Argentina, porque caerán los precios de las materias primas, con mayor salida de capitales y una eventual caída en el nivel de exportaciones a Brasil, sostiene el economista.

Otras voces

Al exponer durante la 32 Convención del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), el presidente del Banco Ciudad de Buenos Aires, Federico Sturzenegger, pronosticó que "la tasa de crecimiento para 2012 se ubicará en 4,5%, con 1,5 punto de arrastre de 2011, con lo cual el crecimiento efectivo del PBI será de 3 puntos".

Sturzenegger señaló que "el ciclo de tasa de interés negativa con alta inflación se va terminando y la tasa de interés real va a subir, lo que va a llevar a una fuerte desaceleración económica para el año próximo".

Pese a las proyecciones de los especialistas, el Poder Ejecutivo nacional considera que las variables macroeconómicas de la Argentina asoman como alentadoras hasta el período 2014, según lo definió en el proyecto de Presupuesto 2012 girado recientemente al Congreso de la Nación. "Tanto la inversión como el consumo total mostrarán tasas reales de crecimiento positivas y el sector externo reportaría un superávit de la balanza comercial, lo que en concomitancia con la solvencia del sector público argentino y la preservación del esquema vigente de tipo de cambio competitivo, continuarían operando como pilares esenciales del modelo aplicado en la Argentina desde 2003 en adelante", proyecta la gestión que encabeza la presidenta Cristina Fernández.

Más allá de este optimismo oficial, los expertos insisten con que no hay que perder de vista los vientos que soplan en el exterior, particularmente en aquellos países que compran productos a la Argentina. En este aspecto, coinciden que el país debe enfrentarse a un escenario de aterrizaje suave, debido a los efectos de la casi inevitable recesión global que golpeará con fuerza a los principales socios comerciales. Más aún, hay dos frentes que la próxima gestión no debe descuidar: la cuestión fiscal, particularmente influenciada por el incremento de gastos y de subsidios para sostener tarifas, y la inflación que puede restar competitividad a la economía nacional.

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