16 Septiembre 2011
LLAVE PARA LA PAZ. Palestinos marchan por el reconocimiento en la ONU. REUTERS
JERUSALÉN.- La próxima semana, los palestinos acudirán formalmente a la ONU para obtener lo que no pudieron conseguir desde hace décadas con la lucha armada ni con las negociaciones políticas: la admisión de un Estado soberano de Palestina con las fronteras de 1967, y con su capital en Jerusalén Este.
"El tren palestino viaja hacia Nueva York", repiten sus dirigentes, a pesar de las amenazas estadounidenses y de las últimas presiones para impedir que el simbólico convoy llegue a la sesión anual del máximo organismo internacional.
Los palestinos se declaran "obligados" a ir a Naciones Unidas debido al fracaso del proceso de paz con Israel, congelado desde hace un año. En toda Cisjordania, las calles están embanderadas y se preparan manifestaciones "no violentas" para acompañar la "gestión histórica" de sus referentes. La movilización alcanzará también los campamentos de refugiados, y varios países del mundo árabe.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, quiere pasar a la historia a los 76 años. Salvo un incidente de último momento, será el encargado de pedir la inclusión de Palestina como Estado miembro de la ONU con plenos derechos. En tanto jefe de la Organización de Liberación de Palestina (OLP), Abbas entregará personalmente la solicitud al secretario general Ban Ki-moon, el viernes, luego de dar su discurso ante la Asamblea General.
Pero la ambición palestina se enfrente a la hostilidad de Estados Unidos y de Israel. La administración de Barack Obama hizo saber que vetaría su gestión ante el Consejo de Seguridad, decepcionando a una opinión palestina que esperaba mucho del Presidente norteamericano. Ante este escenario, los palestinos podrían ir directamente a la Asamblea General para solicitar el estatuto de Estado no miembro, figura con la cual es reconocido el Vaticano, lo que le permitiría suscribir tratados internacionales y participar en las agencias de la ONU. Para lograrlo, deben obtener la mayoría simple del plenario; según sus cálculos, ya tienen el apoyo de 127 Estados de los 194 integrantes (casi 2/3). Ningún país tiene derecho a veto en este ámbito.
Estados Unidos lanzó ayer una ofensiva diplomática de último momento, por considerar que cualquier Estado palestino debe ser resultado de un acuerdo de paz con Israel.
"Estamos abiertos a toda sugerencia e idea que podrían venir de cualquier lado para reiniciar las negociaciones sobre bases sólidas, con términos de referencia claros, un calendario claro y garantías claras", afirmó el canciller palestino, Riad al Malki, para no cerrar la puerta a ninguna opción.
Estrategia israelí
Israel, aislado, se mantiene como espectador de una iniciativa que se le va de las manos, limitándose a convocar a la vuelta de las negociaciones y a tratar de limitar los daños. También se esfuerza por integrar "una mayoría moral que implicaría a buen número de países occidentales democráticos, sin los cuales (la demanda palestina) perdería su legitimidad", según un responsable del ministerio de Relaciones Exteriores de Jerusalén.
El jefe de la diplomacia israelí, Avigdor Lieberman, multiplica las advertencias por las "consecuencias graves" de la gestión palestina, y acusó a Abbas de querer un Estado "limpio de judíos". En el terreno, la Policía y el Ejército israelíes se preparan ante una posible tercera Intifada, mientras los colonos esperan hacer todo lo posible para impedir la creación de un Estado de Palestina. (AFP-Télam)
"El tren palestino viaja hacia Nueva York", repiten sus dirigentes, a pesar de las amenazas estadounidenses y de las últimas presiones para impedir que el simbólico convoy llegue a la sesión anual del máximo organismo internacional.
Los palestinos se declaran "obligados" a ir a Naciones Unidas debido al fracaso del proceso de paz con Israel, congelado desde hace un año. En toda Cisjordania, las calles están embanderadas y se preparan manifestaciones "no violentas" para acompañar la "gestión histórica" de sus referentes. La movilización alcanzará también los campamentos de refugiados, y varios países del mundo árabe.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, quiere pasar a la historia a los 76 años. Salvo un incidente de último momento, será el encargado de pedir la inclusión de Palestina como Estado miembro de la ONU con plenos derechos. En tanto jefe de la Organización de Liberación de Palestina (OLP), Abbas entregará personalmente la solicitud al secretario general Ban Ki-moon, el viernes, luego de dar su discurso ante la Asamblea General.
Pero la ambición palestina se enfrente a la hostilidad de Estados Unidos y de Israel. La administración de Barack Obama hizo saber que vetaría su gestión ante el Consejo de Seguridad, decepcionando a una opinión palestina que esperaba mucho del Presidente norteamericano. Ante este escenario, los palestinos podrían ir directamente a la Asamblea General para solicitar el estatuto de Estado no miembro, figura con la cual es reconocido el Vaticano, lo que le permitiría suscribir tratados internacionales y participar en las agencias de la ONU. Para lograrlo, deben obtener la mayoría simple del plenario; según sus cálculos, ya tienen el apoyo de 127 Estados de los 194 integrantes (casi 2/3). Ningún país tiene derecho a veto en este ámbito.
Estados Unidos lanzó ayer una ofensiva diplomática de último momento, por considerar que cualquier Estado palestino debe ser resultado de un acuerdo de paz con Israel.
"Estamos abiertos a toda sugerencia e idea que podrían venir de cualquier lado para reiniciar las negociaciones sobre bases sólidas, con términos de referencia claros, un calendario claro y garantías claras", afirmó el canciller palestino, Riad al Malki, para no cerrar la puerta a ninguna opción.
Estrategia israelí
Israel, aislado, se mantiene como espectador de una iniciativa que se le va de las manos, limitándose a convocar a la vuelta de las negociaciones y a tratar de limitar los daños. También se esfuerza por integrar "una mayoría moral que implicaría a buen número de países occidentales democráticos, sin los cuales (la demanda palestina) perdería su legitimidad", según un responsable del ministerio de Relaciones Exteriores de Jerusalén.
El jefe de la diplomacia israelí, Avigdor Lieberman, multiplica las advertencias por las "consecuencias graves" de la gestión palestina, y acusó a Abbas de querer un Estado "limpio de judíos". En el terreno, la Policía y el Ejército israelíes se preparan ante una posible tercera Intifada, mientras los colonos esperan hacer todo lo posible para impedir la creación de un Estado de Palestina. (AFP-Télam)
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