Vio que el punto le servía y se aferró al empate

Vio que el punto le servía y se aferró al empate

Los delanteros cordobeses tendrán pesadillas por la soberbia actuación del arquero Pave

ESTUVO MUY SOLO EN EL ATAQUE. A Federico Turienzo no le llegó mucho la pelota, pero el delantero se las rebuscó para conseguirla en el área. FOTO DE ARIEL ALEJANDRO CARRERAS (ESPECIAL PARA LA GACETA) ESTUVO MUY SOLO EN EL ATAQUE. A Federico Turienzo no le llegó mucho la pelota, pero el delantero se las rebuscó para conseguirla en el área. FOTO DE ARIEL ALEJANDRO CARRERAS (ESPECIAL PARA LA GACETA)
SAN FRANCISCO, Córdoba. No lo pudo ganar y por eso se aferró con uñas y dientes a un empate de visitante. Y el negocio fue redondo para San Martín. Debutó en el torneo con una igualdad ante un rival complicado. Más no se puede pedir.

Y así lo demuestra el balance final. El equipo dueño de casa fue protagonista durante la gran parte del primer tiempo. Pero todas las buenas intenciones murieron en las manos de Diego Pave, el arquero que se terminó transformándose en la figura del cotejo. Fue el salvador de un "santo" que le costó todo un tiempo encontrarle la vuelta al encuentro.

Desde el mismo momento que la pelota se puso en movimiento, los cordobeses se situaron en posición de ataque. La primera llegada de peligro fue a los 3 minutos cuando Santiago Sandoval no pudo conectar un centro de Francia, perdiendo una buena posibilidad para marcar. Respondió Federico Turienzo, pero a partir de allí, comenzó el show de Pave.

Con el buen manejo de Juan Pablo Francia, el dueño de casa se transformó en una pesadilla. Fue y fue, pero siempre se encontró con una muralla bajo los tres palos. Santiago Sandoval e Iván Sequeira no se olvidarán fácilmente del golero "santo". Lo más probable es que anoche lo hayan soñado por cómo les arruinó el festejo en más de una ocasión.

Para muchos, la historia del complemento, estaba cantada. Un Sportivo decidido a comerse crudo a un rival que se mostró demasiado cauto durante el primer tiempo. Pero no fue así. Y los que apostaron por este libreto, terminaron perdiendo.

En el complemento, el "santo" emparejó las acciones. Y lo hizo porque Daniel Carrasco, un pibe de 18 años que debutó con la camiseta "santa" y que había ingresado por el lesionado Héctor López, lo siguió bien de cerca a Francia y se encargó de que no generara juego. Así los cordobeses carecieron de las ideas futbolísticas para vulnerar a un rival que, cuando se dio cuenta que era muy arriesgado salir a buscar el partido, se aferró al empate que le permite tener el crédito abierto para su debut de local en el clásico contra Talleres de Córdoba.

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