03 Julio 2011
El director Jaime Lozano es un entusiasta lector de la dramaturgia de Julio Ardiles Gray. La novela "El inocente" lo atrapó desde el principio hasta el final y de ahí su compromiso con la producción de la obra.
Con Ardiles Gray tuvo varios encuentros, hasta que el autor murió en 2009. "Me interesaba la opinión sobre el guión de su novela que escribía con Gabriela Smith. Es muy cautivante. En este caso abordamos un cuento que tiene una narrativa con algunos matices poéticos. Había que traducirlo para la imagen y adaptarlo al tiempo cinematográfico, es decir para 90 a 100 minutos", explicó. Lozano recibió de Ardiles Gray varias cartas de recomendaciones a fin de que en Tucumán se le facilitaran las gestiones para la filmación de "Las puertas del cielo". El periodista y escritor monterizo estaba muy interesado en la concreción del proyecto.
Esta es la charla que Lozano mantuvo con LA GACETA:
- ¿Qué análisis hace de esta película?
- Es un cuento ficcional, atrapante, con cierto reflejo de la realidad argentina en un tiempo. Plantea una situación de Tucumán que revela en parte la evolución de la lucha de clases.
- ¿Qué representa para usted encarar este proyecto cinematográfico?
- Es un desafío incierto, una apuesta constante. Es que el cine tiene etapas cíclicas. Hay películas que alcanzan éxito, levantan el ánimo de los espectadores y realizadores, pero también sucede lo contrario. Hay además inconvenientes a nivel industrial, con la posibilidad de exhibición y distribución. Hay películas que no llegan hasta aquí, que se quedan en el camino. Pero esto tiene que ver con una férrea política de la competencia.
- Ahora se advierten más producciones que en otros años.
- Sí, se produce mucho más. Es decir: hay más y entran en el terreno de la oferta y la demanda. En nosotros quizás hay algo más de defensa del patrimonio cultural. Se trata, de todos modos, que lleven títulos taquilleros. Sin embargo hay películas que funcionan en una provincia y en otras no. Son las reglas del mercado.
- ¿Como observa, particularmente, la política oficial para el cine?
- Lo que podemos destacar en los últimos años es el apoyo que hay a las manifestaciones de la cultura nacional. Se advierte una mayor libertad en el tratamiento temático, no hay ningún tipo de restricción. Yo quizás tengo más experiencia sobre el tema porque he vivido tiempo muy difíciles, de bastante censura y represión.
- ¿Qué le pareció Simoca?
- Es el escenario natural, adecuado. Pero además me sorprendió la predisposición de la gente a brindarnos todo tipo de colaboración. Desde el mismo momento que comenzaron a preguntarnos qué es lo que necesitábamos, no dudamos en quedarnos aquí.
Con Ardiles Gray tuvo varios encuentros, hasta que el autor murió en 2009. "Me interesaba la opinión sobre el guión de su novela que escribía con Gabriela Smith. Es muy cautivante. En este caso abordamos un cuento que tiene una narrativa con algunos matices poéticos. Había que traducirlo para la imagen y adaptarlo al tiempo cinematográfico, es decir para 90 a 100 minutos", explicó. Lozano recibió de Ardiles Gray varias cartas de recomendaciones a fin de que en Tucumán se le facilitaran las gestiones para la filmación de "Las puertas del cielo". El periodista y escritor monterizo estaba muy interesado en la concreción del proyecto.
Esta es la charla que Lozano mantuvo con LA GACETA:
- ¿Qué análisis hace de esta película?
- Es un cuento ficcional, atrapante, con cierto reflejo de la realidad argentina en un tiempo. Plantea una situación de Tucumán que revela en parte la evolución de la lucha de clases.
- ¿Qué representa para usted encarar este proyecto cinematográfico?
- Es un desafío incierto, una apuesta constante. Es que el cine tiene etapas cíclicas. Hay películas que alcanzan éxito, levantan el ánimo de los espectadores y realizadores, pero también sucede lo contrario. Hay además inconvenientes a nivel industrial, con la posibilidad de exhibición y distribución. Hay películas que no llegan hasta aquí, que se quedan en el camino. Pero esto tiene que ver con una férrea política de la competencia.
- Ahora se advierten más producciones que en otros años.
- Sí, se produce mucho más. Es decir: hay más y entran en el terreno de la oferta y la demanda. En nosotros quizás hay algo más de defensa del patrimonio cultural. Se trata, de todos modos, que lleven títulos taquilleros. Sin embargo hay películas que funcionan en una provincia y en otras no. Son las reglas del mercado.
- ¿Como observa, particularmente, la política oficial para el cine?
- Lo que podemos destacar en los últimos años es el apoyo que hay a las manifestaciones de la cultura nacional. Se advierte una mayor libertad en el tratamiento temático, no hay ningún tipo de restricción. Yo quizás tengo más experiencia sobre el tema porque he vivido tiempo muy difíciles, de bastante censura y represión.
- ¿Qué le pareció Simoca?
- Es el escenario natural, adecuado. Pero además me sorprendió la predisposición de la gente a brindarnos todo tipo de colaboración. Desde el mismo momento que comenzaron a preguntarnos qué es lo que necesitábamos, no dudamos en quedarnos aquí.
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