08 Noviembre 2010
BUENOS AIRES.- La Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), fundada en 1924 para ser destinada a la formación de suboficiales, fue el centro clandestino de detención más grande de la última dictadura militar, y estaba a cargo de Emilio Massera.
El Casino de Oficiales, utilizado por el Grupo de Tareas 3.3.2, que dirigía Massera, fue el espacio central de alojamiento y tortura de los secuestrados.
En el discurso inaugural del grupo de tareas exhortó a los oficiales a "responder al enemigo con la máxima violencia, sin trepitar en los medios", según reportó el detenido Lisandro Raúl Cubas.
El mismo Massera participó de los primeros operativos clandestinos con el nombre de guerra "Negro" o "Almirante Cero" para demostrar su compromiso con la tarea asignada a sus oficiales.
"El Auschwitz argentino", la denominó el diario Clarín. Allí se producían secuestros, violaciones, torturas, partos clandestinos y vuelos nocturnos con personas que eran drogadas antes de arrojarlas al río.
Se falsificaban documentos para fraguar identidades, robar propiedades y transferir bienes de los prisioneros a sus verdugos. Dentro de la ESMA también funcionaba una "maternidad", de la que los bebés eran alienados de sus madres y entregados de manera ilegal a otras familias.
Gracias al testimonio de sobrevivientes, se reconocieron estos espacios y se probó el destino que tuvo ese lugar por el que pasaron alrededor de 5.000 personas que hoy continúan desaparecidas.
"Los detenidos eran alojados en un sector del tercer piso denominado 'capucha', en 'capuchita' y en el sótano. En este último lugar se encontraban los detenidos antes de ser 'trasladados'" (lo que era una casi segura sentencia de muerte, se explica en el sitio de Memoria Abierta.
"Capuchita" se prestaba a la Fuerza Aérea, al Ejército y al SIN (Servicio de Inteligencia Naval) para llevar sus detenidos allí.
En 1977 se habilitaron dos cuartos para interrogatorios. También fue usado por el Grupo de Tareas como anexo, cuando "Capucha" se encontraba abarrotada.
En el tercer piso se encontraba, también, "La pecera", donde funcionaban oficinas. Además, se encontraba "El pañol", era utilizado como depósito del botín de los saqueos de las casas de los secuestrados.
En el informe Nunca Más, elaborado por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), se consigna que la ESMA no sólo era un centro clandestino de detención donde se aplicaban tormentos, sino que funcionaba "como el eje operativo de una compleja organización que incluso, posiblemente pretendió ocultar con el exterminio de sus víctimas los delitos que cometía". (Especial)
El Casino de Oficiales, utilizado por el Grupo de Tareas 3.3.2, que dirigía Massera, fue el espacio central de alojamiento y tortura de los secuestrados.
En el discurso inaugural del grupo de tareas exhortó a los oficiales a "responder al enemigo con la máxima violencia, sin trepitar en los medios", según reportó el detenido Lisandro Raúl Cubas.
El mismo Massera participó de los primeros operativos clandestinos con el nombre de guerra "Negro" o "Almirante Cero" para demostrar su compromiso con la tarea asignada a sus oficiales.
"El Auschwitz argentino", la denominó el diario Clarín. Allí se producían secuestros, violaciones, torturas, partos clandestinos y vuelos nocturnos con personas que eran drogadas antes de arrojarlas al río.
Se falsificaban documentos para fraguar identidades, robar propiedades y transferir bienes de los prisioneros a sus verdugos. Dentro de la ESMA también funcionaba una "maternidad", de la que los bebés eran alienados de sus madres y entregados de manera ilegal a otras familias.
Gracias al testimonio de sobrevivientes, se reconocieron estos espacios y se probó el destino que tuvo ese lugar por el que pasaron alrededor de 5.000 personas que hoy continúan desaparecidas.
"Los detenidos eran alojados en un sector del tercer piso denominado 'capucha', en 'capuchita' y en el sótano. En este último lugar se encontraban los detenidos antes de ser 'trasladados'" (lo que era una casi segura sentencia de muerte, se explica en el sitio de Memoria Abierta.
"Capuchita" se prestaba a la Fuerza Aérea, al Ejército y al SIN (Servicio de Inteligencia Naval) para llevar sus detenidos allí.
En 1977 se habilitaron dos cuartos para interrogatorios. También fue usado por el Grupo de Tareas como anexo, cuando "Capucha" se encontraba abarrotada.
En el tercer piso se encontraba, también, "La pecera", donde funcionaban oficinas. Además, se encontraba "El pañol", era utilizado como depósito del botín de los saqueos de las casas de los secuestrados.
En el informe Nunca Más, elaborado por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), se consigna que la ESMA no sólo era un centro clandestino de detención donde se aplicaban tormentos, sino que funcionaba "como el eje operativo de una compleja organización que incluso, posiblemente pretendió ocultar con el exterminio de sus víctimas los delitos que cometía". (Especial)
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