La inseguridad crece al ritmo de los escándalos policiales

La inseguridad crece al ritmo de los escándalos policiales

Análisis.

Cualquiera podrá decirlo. En la calle y en las oficinas más encumbradas de Casa de Gobierno. La inseguridad es el tema que más desvela a los tucumanos. Ya no se trata de sectores marginales que se sienten desprotegidos. El lunes, el intendente de Tafí Viejo, Javier Pucharras, encontró su casa dada vuelta en un mensaje mafioso. Y es oficialista. Ayer el intendente de Simoca, Luis González, le confesó a LA GACETA que pidió custodia, ya que recibió amenazas luego de que denunciara públicamente la ola delictiva que sufre su ciudad. Y él es opositor. Los delincuentes no saben de banderías políticas. El martes, un reconocido médico sufrió una "salidera bancaria" en pleno centro. Lo admitió el gobernador José Alperovich: "no sé que hacer con el tema de la inseguridad". En el medio, 23 policías, desde agentes rasos hasta un comisario general fueron puestos en disponibilidad, retirados o trasladados por el escándalo de la comisaría de El Manantial donde, según una denuncia, un preso, al que los mismos agentes le daban un trato VIP, vendía droga. No son hechos aislados. Para peor, ayer la Policía sufrió un duro cachetazo. Carlos Páez, el comisario de Simoca, la ciudad que está desbordada por los delitos según González, se quitó la vida. Fuentes judiciales afirmaron que el funcionario estaba siendo investigado por la Justicia por un asalto en Concepción. Por un caso similar arrestaron al oficial Miguel Sánchez. Pareciera que gran parte de la fuerza ya no reconoce conducción. Que la anarquía reina entre los policías. La política de seguridad que encabeza el ministro Mario López Herrera hace agua por todos lados. Y la inundación tapa la provincia. El, mientras tanto, descansa fuera del país.

Comentarios