05 Septiembre 2010
REFLEXIONES
CUADERNOS
JUAN JOSÉ SEBRELI
(Sudamericana - Buenos Aires)
Se trata de una colección de papeles sueltos, que el tiempo fue acumulando en los cajones y tal vez en los bolsillos del autor; contienen anotaciones sobre los más variados asuntos: desde proyectos de crítica literaria hasta reflexiones sobre los significados que, de modo en apariencia inocente, suelen plasmar en la vida cotidiana.
Lo primero que corresponde decir es que ni lo heterogéneo de ese material ni lo azaroso de su origen conspiran contra su unidad de fondo; es cierto que se vería en un aprieto quien tuviera que definir el género al que pertenece este volumen, pero no es menos cierto que todo en él luce concertado -si no por un mismo estilo- por una misma "respiración", que a su vez remite a una atmósfera común, que se diría precisamente la del mundo del autor.
El lector de este libro reconoce en él precisamente el mundo de ese analista de la cultura que es Sebreli, el del crítico iconoclasta y lúcido que, sin demasiado apego a ideologías ortodoxas, supo llegar hasta el meollo de algunos de nuestros grandes mitos nacionales.
Los "papeles sueltos" del caso, no están, pues, tan sueltos, desde que perfilan un universo coherente. Sin embargo, es suya la soltura necesaria como para capturar, más de una vez, la fugacidad de un instante, la impresión de un momento, ese temblor, por así decir, que la escritura sistemática deja escapar, y que es la señal más inequívoca de la realidad.
No todas las páginas de estos Cuadernos conllevan, sin embargo, el mismo interés.
Las hay que nos deparan una mirada esencial sobre las cosas, pero también las hay que se demoran en pormenores hormonales, las cuales hubiéramos preferido ignorar.
© LA GACETA
Samuel Schkolnik
CUADERNOS
JUAN JOSÉ SEBRELI
(Sudamericana - Buenos Aires)
Se trata de una colección de papeles sueltos, que el tiempo fue acumulando en los cajones y tal vez en los bolsillos del autor; contienen anotaciones sobre los más variados asuntos: desde proyectos de crítica literaria hasta reflexiones sobre los significados que, de modo en apariencia inocente, suelen plasmar en la vida cotidiana.
Lo primero que corresponde decir es que ni lo heterogéneo de ese material ni lo azaroso de su origen conspiran contra su unidad de fondo; es cierto que se vería en un aprieto quien tuviera que definir el género al que pertenece este volumen, pero no es menos cierto que todo en él luce concertado -si no por un mismo estilo- por una misma "respiración", que a su vez remite a una atmósfera común, que se diría precisamente la del mundo del autor.
El lector de este libro reconoce en él precisamente el mundo de ese analista de la cultura que es Sebreli, el del crítico iconoclasta y lúcido que, sin demasiado apego a ideologías ortodoxas, supo llegar hasta el meollo de algunos de nuestros grandes mitos nacionales.
Los "papeles sueltos" del caso, no están, pues, tan sueltos, desde que perfilan un universo coherente. Sin embargo, es suya la soltura necesaria como para capturar, más de una vez, la fugacidad de un instante, la impresión de un momento, ese temblor, por así decir, que la escritura sistemática deja escapar, y que es la señal más inequívoca de la realidad.
No todas las páginas de estos Cuadernos conllevan, sin embargo, el mismo interés.
Las hay que nos deparan una mirada esencial sobre las cosas, pero también las hay que se demoran en pormenores hormonales, las cuales hubiéramos preferido ignorar.
© LA GACETA
Samuel Schkolnik
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