Autoconvocados aceptan la propuesta del PE

Autoconvocados aceptan la propuesta del PE

En una asamblea tensa y luego de una votación dividida, los médicos y trabajadores decidieron firmar hoy el acuerdo con el Gobierno. El sector levantará las medidas de fuerza y la carpa en la plaza luego de que el Ejecutivo firme los decretos correspondientes.

SIN CONSENSO. Los médicos y empleados autoconvocados del Siprosa reclamaron garantías al Gobierno para levantar el paro en los hospitales. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO SIN CONSENSO. Los médicos y empleados autoconvocados del Siprosa reclamaron garantías al Gobierno para levantar el paro en los hospitales. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
31 Agosto 2010
Todo hace presagiar que el Gobierno podrá respirar aliviado después de varios meses de convulsión. Ayer, el movimiento de trabajadores autoconvocados de la salud resolvió aceptar la propuesta de mejoras salariales y laborales formulada por el Poder Ejecutivo y, consecuentemente, acabar con el conflicto que mantiene paralizados los hospitales desde hace cinco meses.

Tensa y desordenada fue la asamblea interhospitalaria que mantuvieron ayer a la siesta, en el anfiteatro del Centro de Salud, los delegados de los nosocomios de la provincia. La disparidad de criterios y la polarización de posiciones entre los representantes de los diferentes hospitales hizo que el debate alcanzara por momentos picos de tirantez, que incluyeron desde gritos hasta algunos insultos aislados. De hecho, ese nerviosismo generalizado tuvo su correlato en la votación: 117 votos en favor de aceptar la oferta oficial y 51 en contra.

Una tribuna

Apenas comenzó el encuentro quedó en evidencia que la rigidez de los trabajadores de algunos centros asistenciales signaría la crucial deliberación.

En rigor, la lectura de los mandatos de las bases transformó el anfitreatro en una suerte de tribuna: el delegado recibía aplausos de un sector y abucheos de otro por igual. Por eso, no resultó extraño que las posturas irreconciliables acabaran con una feroz discusión, y con insinuaciones a la presencia de militantes de agrupaciones de izquierda enviados para entorpecer la asamblea. La delegada de Concepción, Adriana Bueno, planteó su malestar por esa situación: "gente que no pertenece a los hospitales hace manifestaciones".

De los hospitales cabecera de esta capital, el Avellaneda, el Centro de Salud y el Hospicio del Carmen votaron por el rechazo del acuerdo. El resto se pronunció en favor de la finalización del conflicto. En el caso del interior, sólo Famaillá votó en contra.

La de Jesús Amenábar (Centro de Salud), fue una de las voces más críticas a la aceptación del ofrecimiento oficial. Recordó que el movimiento autoconvocado tenía como prioridades revertir en 2009 la precaria situación laboral en el Siprosa y, para el año en curso, lograr reivindicaciones salariales. "Somos unos ilusos si creemos que el Gobierno va a cumplir. No se tiene que levantar la carpa", se quejó. El reincorporado Carim Asus, también del hospital anfitrión, se sumó a ese planteo. "El acta no se declama, sino que se cumple. Y nosotros somos los garantes de que se cumpla. Depende de nosotros; y aceptando esto que nos da el Gobierno no estamos siendo garantes de lo firmado en 2009", bramó el cirujano, en alusión al acuerdo rubricado con el Gobierno en presencia del arzobispo, monseñor Luis Héctor Villalba, y que permitió destrabar el extenso conflicto a fines del año pasado.

Bueno, en cambio, advirtió que la aceptación de la propuesta no implicaba una claudicación. "Los acuerdos se cumplen si hay voluntad política. Creemos que este es el camino hacia la plena vigencia de la carrera sanitaria", dijo.

Sospechas

Al final, la discusión se desvió cuando algunos trabajadores sembraron dudas sobre la honorabilidad de la comisión de médicos que participó de las negociaciones en la Casa de Gobierno.

"No voy a permitir que nadie diga que nos han comprado", se indignó Jorge Ramacciotti (hospital Padilla). El delegado Julián Nassif (hospital de Niños), lo respaldó: "es muy fácil tirar la piedra e irse". La pediatra Estela di Cola, en tanto, intentó bajar los ánimos: "mañana (por hoy) tenemos que estar todos en la plaza; y si tenemos que levantar la carpa lo debemos hacer con todos los honores". Sin embargo, sus dichos enrarecieron aún más el debate, porque de ahí hasta el final los autoconvocados discutieron respecto de cuándo era conveniente desarmar la carpa en la plaza Independencia. Algunos, visiblemente molestos, advirtieron que cada vez eran menos los voluntarios dispuestos a custodiar el campamento instalado frente a la Casa de Gobierno.

Finalmente, quedó resuelto que se levantarán las medidas de fuerza y la carpa una vez firmado el decreto oficial y de que se concrete una conferencia de prensa conjunta entre autoconvocados y Gobierno, y se declaró el estado de alerta y movilización del sector.

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