Hallaron una Nissan con manchas de sangre

Hallaron una Nissan con manchas de sangre

La Policía secuestró una camioneta negra en una casa de Yerba Buena, y se sospecha que es el vehículo que chocó y mató al canillita. El presunto conductor aún no fue detenido, pero está identificado, afirmaron fuentes judiciales. Daños en el chasis. Cabellos. Pericias.

EN MANOS DE LOS PERITOS. La Nissan Frontier negra es similar al vehículo que, según testigos, chocó al canillita. La sangre hallada en la trompa es la clave. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI EN MANOS DE LOS PERITOS. La Nissan Frontier negra es similar al vehículo que, según testigos, chocó al canillita. La sangre hallada en la trompa es la clave. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
03 Agosto 2010
Habían estado juntos frente a la casona. Se tomaban de las manos y pretendían mantenerse tranquilos. Escucharon al fiscal Guillermo Herrera decirles que para él casi no había dudas y le dieron las gracias respetuosamente. Luego se derrumbaron. Abrazados comenzaron a llorar. Hasta ahora no había habido duelo para ellos. Y la confirmación le dio paso al desahogo.

Raúl Marcelo Pucheta fue atropellado la madrugada del 10 de julio. El hombre de 50 años era canillita y poco después de las 5 transitaba en una bicicleta hacia su trabajo para comenzar a vender diarios. Iba por Mate de Luna y cuando dobló para tomar la avenida Alfredo Guzmán (continuación hacia el sur de Camino del Perú) fue embestido por una camioneta negra que apareció desde la avenida Aconquija a toda velocidad. El hombre sufrió gravísimas heridas. Fue trasladado al Hospital Padilla, pero murió a las pocas horas. El conductor de la camioneta huyó y nada se supo de él hasta ayer a la mañana cuando el fiscal confirmó que la camioneta que habían secuestrado sería la que había provocado la tragedia. Hasta anoche el conductor, que está identificado, permanecía prófugo.

Luego del accidente, la familia del canillita inició una campaña para dar con el vehículo, y con su propietario. Repartieron panfletos, buscaron testigos e hicieron marchas. "Esto no podía quedar así. No habían matado a un animal. Mi hermano merecía que nosotros luchemos para saber la verdad", dijo ayer Diego Pucheta.

Pero durante días el silencio fue total. "Estábamos desesperados", dijo Clara, otra de las hermanas de la víctima. La rapidez con la que se produjo el accidente impidió que alguna persona viera con claridad la camioneta. Sí habían advertido que se trataba de un vehículo oscuro. Esto fue confirmado por las imágenes obtenidas con la cámara de seguridad ubicada en un comercio de avenida Aconquija al 100. Se veía el rodado pasar a mucha velocidad a las 5.23, pero no se podía apreciar la chapa patente.

El fiscal Herrera le envió la causa hace 10 días a la División Homicidios y Delitos Complejos. Los policías, al mando de los comisarios Hugo Cabeza y Miguel Gómez, comenzaron a buscar más elementos. Sobre la base de algunos testimonios confirmaron que la camioneta era una Nissan Frontier. Así el rango de búsqueda se achicó considerablemente.

Pero el dato certero apareció el viernes, y de la mano de la tecnología. Uno de los hermanos de Pucheta recibió un e-mail en el que le daba el nombre del supuesto conductor. Horas después recibió una nueva comunicación. Al nombre se agregaban datos del sospechoso y el lugar en el que la camioneta había sido escondida. Los familiares de la víctima inmediatamente pusieron sobre aviso a los investigadores. Según trascendió anoche, el autor de los e-mails sería un amigo del sospechoso que, acosado por la situación, decidió sacar a la luz todo lo que había pasado. Durante el fin de semana los policías buscaron pruebas y luego pidieron una orden de allanamiento para una casa ubicada sobre el cardinal sur de avenida Aconquija al 1.200. La medida fue avalada por el juez de Instrucción, Alfonso Zottoli.

En un garaje cerrado
Los policías ingresaron a la vivienda poco después de las 9. Allí vive una mujer, que sería abuela del sospechoso. Los investigadores rodearon la propiedad y accedieron a una cochera, cerrada herméticamente. Desde ningún sitio de la casa se veía la camioneta. Mucho menos desde el exterior. Cuando franquearon la puerta se dieron con el vehículo. Herrera entonces llamó a personal de la Policía Científica, al mando de la bioquímica Lilia Moyano.

Lo primero que los peritos advirtieron fue que la óptica delantera izquierda estaba rota, y la chapa abollada. Luego comprobaron que quedaban restos de cabellos y manchas de sangre. El vehículo estaba cubierto de tierra. "No se dio tiempo ni para lavarlo", explicó una fuentes judicial.

Los investigadores comenzaron a recibir más información. Anoche, el fiscal Herrera había emitido la orden de detención contra el supuesto conductor y seguía trabajando en su despacho, en avenida Sarmiento al 400, para tratar de dar con el sospechoso. Según fuentes judiciales, se trataría de Gonzalo Manuel Callejas, de 28 años, quien no vive en la casa que fue allanada.

El posible raid
Según dijeron algunos familiares del canillita -información que recibieron tanto el fiscal como la Policía- quien condujo la camioneta negra que chocó a Pucheta habría estado la madrugada de la tragedia en un boliche de Yerba Buena. Luego, siempre según esta versión, habría pasado por un drugstore; finalmente, junto a unos amigos, habría ido a buscar un after para cerrar la noche. En el camino, el individuo chocó al ciclista.

Herrera ordenó que la camioneta fuera secuestrada para ser sometida a nuevas pericias. Incluso se hará una pericia genética para demostrar si la sangre que se encontró en la trompa del vehículo es la de la víctima.

Allegados a Callejas informaron en Tribunales que el muchacho tenía pensado entregarse para dar su versión ante Herrera.

Hasta anoche, no se había presentado. El fiscal lo aguardaba para tomarle declaración como imputado.

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