Miles de fieles se conmovieron con La Pasión

Miles de fieles se conmovieron con La Pasión

Más de 20.000 personas de todo el país disfrutaron de la representación, que sube a escena desde hace 18 años para Semana Santa. Hoy, alrededor de las 17, se ofrecerá la segunda y última función de este año. Los obra concluyó bajo una fina llovizna con la actuación de la coplera Isidora Guanco.

MOMENTOS DE DRAMATISMO. La subida de Jesús al Calvario, con la Cruz a cuestas, es una de las secuencias más emotivas de la representación, tanto como la escena en la que su madre, la Virgen María, llora a sus pies. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL MOMENTOS DE DRAMATISMO. La subida de Jesús al Calvario, con la Cruz a cuestas, es una de las secuencias más emotivas de la representación, tanto como la escena en la que su madre, la Virgen María, llora a sus pies. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
03 Abril 2010
TAFI DEL VALLE (Por Miguel Velárdez, enviado especial).- Por la mañana, el sol relucía con su brillo en las montañas. Después del almuerzo en familia y la sobremesa, los visitantes se dirigían en fila hacia el escenario de la Pasión. Alrededor de las 14, la gente comenzó a instalarse, en grupos, en medio de las laderas de los cerros. Todavía faltaban tres horas para el inicio de la puesta en escena. Una música suave endulzaba los oídos, mientras la naturaleza parecía mimetizarse con aquellos tiempos, de hace más de 2.000 años, cuando Jesús fue crucificado. El cielo se nubló y cargado de gris le impregnó una dosis emotiva.
Entre el público se mezclaban las tonadas de los turistas. "Cuanto más arriba, ¿es mejor?", preguntaba un cuarentón con el acento característico de los porteños. Miraba hacia el cerro, cuando escuchó la respuesta de un lugareño. "Ahí'sito nomás, ya puede ver todo", le respondió amable un tafinisto. A su lado, un cordobés hablaba por teléfono casi a los gritos. "Hola viejo!... a que no sabés de dónde estoy llamándote. Estamos en Tucumán. Me largué con la Mariana para ver la pasión en Tafí del Valle", decía, cantando algunas palabras.
La música suena perfecta en la espera. Por momentos, el sonido remite a la película "Jesús de Nazareth", del cineasta italiano  Franco Zeffirelli. Conocido como El Zanjón, el sitio elegido para la escenificación es ideal. El público se siente como si estuviese en el monte de Getsemaní. Parecen colgados de las montañas. Algunos con reposeras; otros, sentados sobre el polvo seco y arcilloso. Con sus celulares en mano, la mayoría apunta al escenario para guardar un recuerdo eterno hecho fotografía. Faltan 20 minutos y todavía sigue entrando gente con sus sillas plegables, mientras quienes ya están instalados se apresuran a cambiar la yerba del mate.
A la distancia, unos cuantos vecinos, sentados en el fondo de sus casas, parecen duendes recostados en la hierba. Nadie quiere perderse la Pasión de Cristo. En la entrada, la boletería se desborda de gente. No hay más tickets, pero igual se permite el ingreso. Al final, la Policía calculó que unas 20.000 personas asistieron ayer al espectáculo, que se recreará hoy por segunda y última vez durante la Semana Santa.

En apoyo al hospital
A las 17.10, los actores comienzan a tomar ubicación y la ansiedad del público se expresa en aplausos. "Ahí vienen los romanos!", "ahí vienen los fariseos!"… la música potente y emotiva llega hasta el corazón. "¡Ahí vienen los pastores!", "¡Ahí viene Jesús con su barba inconfundible!". Un presentador anuncia que la pasión está a punto de comenzar. "Esta representación es en solidaridad con el hospital de Tafí del Valle", dice. Hace 18 años que se representa la Pasión: la primera vez con apenas 500 personas, hasta llegar a hoy con esta enorme cantidad de gente", asegura.
"Voy a construir el templo en tres días", dice Jesús. La gente empieza a dejar los celulares y se olvida de las fotos. "Amad a vuestros enemigos, orad por quienes los persiguen", aconseja Jesús. El viento sopla su túnica y le inyecta realismo a la representación.
"Esta noche antes de que cante el gallo, me negarás tres veces", le dice Jesús a Pedro. Entre el público, cerca del huerto de los olivos, una mujer mayor suelta lágrimas y se tapa la boca con la mano. No puede contener la emoción.
Algunos se preguntan si Judas Iscariote se ahorcará como lo relata el Nuevo Testamento. El interrogante delata que es la primera vez que llegan a Tafí para ver la Pasión. La respuesta llega más tarde, después de que Judas besa en la mejilla a Jesús hasta que luego su cuerpo cae vencido colgado de una cuerda envuelta al cuello con las piernas suspendidas en el aire.
"Padre, aparta de mí este cáliz. ¡En ti confío, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya!..." dice Jesús. Es subido a la cruz y los romanos se sortean sus vestiduras. A los costados, dos ladrones también crucificados y el fuego que se levanta en llamaradas detrás, rememora el sufrimiento de Cristo.
"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu", repite Jesús. De pronto, se oye la voz de una famosa coplera de los Valles Calchaquíes. Isidora Guanco hace sonar su caja y su canto retumba entre los cerros. "El hijo de Dios / abrumado de dolores / tan despreciado que lo hemos tenido por nada / como un cordero lo mataron / nadie se preocupa por él / que cargaba nuestro pecado", canta Isidora. El viento sopla con fuerza, mientras los soldados romanos ejecutan la orden de bajar el cuerpo de Jesús.
Se acerca el final. La gente está compenetrada con la obra. María Magdalena, junto con otra mujer, descubre la revelación de Cristo resucitado. "¡Amense los unos a los otros, como yo los he amado!", anuncia el Mesías.
Los actores se toman de la mano. En cadena descienden por el cerro hasta el escenario central. El público se abalanza sobre ellos en busca de una foto. Jesús de Nazareth y Judas  acaparan los flashes. El aplauso se cierra. La tenue luz del día se apaga entre las montañas. Ha comenzado la Pascua y ni siquiera la llovizna quiere perderse este momento.

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