Detrás del estrado
15 Diciembre 2009
La última.- Lilia Moyano fue la última testigo del juicio oral que escucharán los jueces. Ayer, durante 15 minutos, comenzaron a incorporarse las pruebas instrumentales a partir de la lectura del enunciado que, de cada una de ellas, hizo el secretario de la sala, Fernando Rivera. La audiencia iba a continuar hoy, pero se suspendió por el fallecimiento de un familiar de uno de los vocales del Tribunal.

No a las partes.- Tanto los fiscales Edmundo Botto y Adriana Giannoni, como los defensores Gustavo Morales (de Nélida Fernández y de Susana Acosta) y Carolina Epelbaum (de Luis Fernández) habían solicitado la presencia de nuevos testigos, pero los jueces lo desestimaron.

Pidieron declarar.- Nélida Fernández y Susana Acosta, al igual que Luis Fernández, tienen pensado declarar apenas se terminen de incorporar las pruebas instrumentales. Así lo hicieron saber ayer sus abogados defensores. De ser así, en el caso de las mujeres, será la primera vez que declaren en su rol de imputadas sobre el caso. Hasta el momento sólo lo hicieron dos días después de la desaparición de Betty, pero en calidad de testigos. En ese momento relataron sus movimientos durante el día de la desaparición y dijeron no saber qué había pasado con quien era su amiga. Tras ser detenidas, el 6 de agosto de 2006, nunca más quisieron declarar. Luis Fernández ya declaró varias veces: durante cinco días ante la fiscala de Instrucción Adriana Giannoni y una vez ante el tribunal de juicio.

Alegatos y sentencia.- Si los tiempos procesales se respetan (las pruebas a incorporar son muchas), el viernes se desarrollarían los alegatos de las partes. Mañana no habrá juicio ya que tanto el fiscal Edmundo Botto como el vocal Emilio Páez de la Torre tienen prevista otra audiencia oral por otro caso. Se podría conocer el veredicto el lunes o el martes de la próxima semana.

Pedido rechazado.- Cuando la perito Lilia Moyano terminó su declaración, el abogado Gustavo Morales pidió que se le impute el delito de falso testimonio, ya que, según él, falseó a la verdad al decir que las manchas de sangre estaban a una altura de entre 1,40 metro y 1,70 metro. "La testigo es bioquímica y no tiene por qué saber cuál era la altura", le indicó el presidente del Tribunal, Alfredo Barrionuevo.

"Que digan donde está".- "Ahora nadie puede dudar de que mi hermana estuvo en ese departamento. Pueden decir cualquier cosa, pero esta prueba es muy certera. Les pido por favor que digan dónde está. No puede ser que sigan adelante con esta farsa", se descargó Liliana Argañaraz al hablar de las imputadas del caso.


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