El estrés promuevela pérdida constante de pertenencias

El estrés promuevela pérdida constante de pertenencias

No olvidar exige un esfuerzo de conciencia.

07 Junio 2009

“La llave, ¿donde dejé la llave, si acabo de entrar?”, se pregunta el hombre. Mira en el llavero, no está. Revisa los bolsillos y no hay nada. Hay elementos que se pierden con más frecuencia y situaciones  de olvido que se repiten cuando las personas suelen estar pendientes de muchas cosas a la vez, según los expertos en salud mental.
Los olvidos se clasifican en dos: aquellos que se producen como consecuencia de la edad avanzada y los llamados “benignos”, que son comunes en casi la totalidad de las personas, describe el psiquiatra Oscar Fiorio.
Lo que más afecta a las personas y genera la pérdida de los objetos, según el especialista, es el estrés. “La tensión atenta contra todos los aspectos de la vida porque uno no puede fijar dónde deja las cosas. Está pensando en varias cosas en simultáneo y esto no le permite concentrarse en estos aspectos”, detalla. “El estrés ha marcado una generación dispersa, que tiene muchas dificultades para mantener la atención en cuestiones indispensables y no terminar perdiendo objetos importantes”, señala.
Fiorio cree que la tensión que genera la agitada rutina actual y el uso de celulares y otros dispositivos tecnológicos incide en la mayoría de los olvidos de las personas. No obstante, reconoce que quienes son más desorganizados son más propensos a extraviar sus pertenencias que aquellos que son meticulosamente ordenados y viven muy atentos al entorno.
Hay casos peores, como los de aquellas personas que ni siquiera saben que perdieron algo o si hicieron las cosas como debían. “Viven presos de la duda. Sufren trastornos obsesivos y están todo el tiempo pensando si habrán perdido esto o aquello, o si cerraron la llave del gas, por ejemplo. No sufren  por una cuestión de olvido sino de certeza”, apunta.

Más tiempo
Fiorio sostiene que la única forma de contrarrestar al olvido permanente de objetos es poner más atención en las cosas que uno realiza y tomarse más tiempo para llevar a cabo actividades. “Es un ejercicio que exige un esfuerzo extra de la conciencia. No se puede estar pendiente de varias cosas al mismo tiempo sin que algo finalmente se nos pase. Entonces, si estamos hablando por teléfono no conviene desarrollar otras actividades más que requieren mucha concentración, como cerrar una puerta”, concluye.

 

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