En Boca barajan cuatro cartas para salvarse

En Boca barajan cuatro cartas para salvarse

El "Virrey" no quiere ser el DT del equipo y su futuro como mánager "xeneize" está en dudas.

LA ESPERANZA DE TODOS. Los dirigentes y los hinchas creen que Bianchi es el salvador. Pero “El Virrey”se resiste. DyN LA ESPERANZA DE TODOS. Los dirigentes y los hinchas creen que Bianchi es el salvador. Pero “El Virrey”se resiste. DyN
31 Mayo 2009

BUENOS AIRES.- Planteadas como están las circunstancias, en el futuro inmediato de Boca aparecen cuatro posibilidades en cuanto a la conducción técnica. Todas distan de ser ideales y cada una presenta puntos débiles muy evidentes. Los dirigentes deben convencerse de que lo que tienen que elegir no es lo mejor sino lo menos malo, situación que pudo haberse avizorado desde el momento mismo en que se resolvió que Carlos Bianchi fuera mánager y no DT.
No había que ser demasiado avispado para advertir que el peso de su figura iba a ser un factor de muy difícil control, no para Carlos Ischia en particular, sino para cualquier técnico en funciones.

1) Bianchi es el DT
Se macula la imagen de incorruptible de Bianchi y sus enemigos, que los tiene, muchos e importantes, están esperando para practicar tiro al blanco. Eso, quiérase o no, significará una presión dura de asimilar, una carga complicada de sobrellevar para un grupo de jugadores que ya viene muy golpeado.
Obsérvese que apareció una bandera (presuntamente) a favor de Bianchi en Casa Amarilla y a través de los medios se plantea la duda sobre si quienes colgaron o mandaron colgar el trapo expresan el legítimo deseo de que él sea el técnico o si lo que están propiciando es el efecto contrario.

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2) Plan "B"
Contratar un técnico de segundo nivel. Abel Alves, Gustavo Alfaro, Blas Giunta, José Basualdo, Osvaldo Piazza, por ejemplo, aparecerán ante la opinión pública, como títeres de Bianchi. ¿Es una buena fórmula de trabajo? ¿Será convincente para los jugadores? ¿Respetará el plantel a un testaferro en cuestión? La respuesta a estos tres interrogantes es unívoca y contundente: no.

3) Peso pesado
La otra opción es designar a Alfio Basile o Edgardo Bauza o algún otro DT incuestionable. De ningún modo es imaginable que el mánager pueda tener injerencia directa en la formación del equipo ni en la conducción táctico-estratégica. Más: con un DT "en serio", el mánager ni entra al vestuario salvo cuando se lo permitan.
El entrenador necesitará resultados inmediatos y sostenidos porque la sombra de Bianchi será una espada de Damocles pendiendo sobre él y su gestión. A la primera o segunda derrota, los cuestionamientos serían severos, tal vez insoportables. ¿Quién podría aceptar semejante presente griego?

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4) Chau mánager
La hipótesis de la partida de Bianchi no es descabellada. El ya dio signos de que lo fastidia tanto requerimiento, y si se llega a un punto de ebullición, puede pegar portazos. Este sería un escenario casi macabro para Boca.
La dirigencia perdería un referente de alto valor; desaparecería el dique de contención para las fisuras que asoman en la conducción institucional. Y lo peor de todo: de inmediato habría que elegir un técnico, sin Bianchi en la cancha pero con su fantasma revoloteando. ¿Quién tiene hombros suficientes?

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