Riddim siembra paz, amor y unidad

Riddim siembra paz, amor y unidad

"Hay mu­cho ras­ta de pe­lu­que­ría y po­co de co­ra­zón", di­ce el can­tan­te que to­ca el sá­ba­do.

Prensa Riddim Prensa Riddim
04 Diciembre 2008

“Riddim trata de apender de las grandes bandas jamaiquinas de los 70, pero buscando brillo propio; es difícil porque hacemos la músca equivocada en el país y en el tiempo equivocado”, comenta con ironía Pety, el cantante de la banda de reggae que el sábado actuará por primera vez en Tucumán.
En esa equivocación adrede de la que habla podría incluirse también la estética de Riddim. Con excepción del trombonista Matías Traut, los otros ocho músicos no usan dreadlocks. “Somos lacios...”, dice Pety.
“No es necesario ese peinado para hacer esta música, si hasta en Jamaica hay muchos que no los usan... Lo que pasa, también, es que hay mucho rasta de peluquería y poco de corazón”, dice, pero sin que sus palabras lleguen a sonar a mojada de oreja o algo así. Y menos en su caso, que lacio y todo, confiesa su amor por Ras Tafari (la reencarnación de Cristo como rey) y su adhesión al movimiento rastafari. “Pero en la banda somos 15, y no es obligación pertenecer a la religión, o vestirse de una manera determinada, ni usar dreadlocks”, aclara.
En lo que sí coinciden los nueve músicos, los asistentes y quienes rodean a Riddim es que el mensaje de la banda se basa en la paz, el amor y la unidad. Rastafarismo, aunque también podría ser otra religión.
“Son los tres pilares de la primera gran ola del reggae de Jamaica, en los 70, que adaptamos a nuestro tiempo y nuestro lugar”, confirma. “Riddim es una banda y es difícil unificar la filosofía, pero si hablamos de paz, amor y unidad, ya somos rastas, sin necesidad de identificaciones”, insiste Pety.
Riddim está por cumplir 13 años de existencia, grabó cinco discos y un DVD, y gracias a la persistencia, la continuidad y al empuje que tuvo desde el principio, hoy está en lo más alto de la movida del reggae argentino.
Además, con humildad el cantante y percusionista dice que su banda, como muchas otras, le debe mucho a Los Cafres. “Los que llevamos más de 10 años con el reggae, que somos no más de seis bandas, tuvimos un crecimiento fuerte en cuanto a convocatoria con el resurgimeinto de Los Cafres, que pudo hacer su primer Obras con 20 años de trayectoria; eso nos impulsó a todos”, asegura.
Ese reconocimiento se entiende sólo si se sabe que salvo algunas excepciones, el reggae en Argentina es una gran familia. “Hay una hermandad muy grande en el movimiento, y también en el latinoamericano; se comparten giras, micros, se la pasa muy bien y hay mucha conciencia del mensaje de unidad”, confirma.
Pety asegura que esta primera incursión al norte argentino generó en Riddim muchas expectativas. “Estamos ensayando con todo, porque cuando vamos por primera vez a algún lugar nos gusta que el show sea poderoso, extenso y agradable”, anticipa.
Y al enterarse de que el lugar del show cambió, y que tocarán en la peña Jazmín de Luna (Mendoza al 800), anuncia una chacarera... Pero enseguida suelta una risa discreta y confiesa que no es para tanto.
“Vamos a sembrar”, responde cuando se le pregunta por las dificultades de mover por el país a una banda tan numerosa. “Los productores deben poner voluntad, porque creo que no se llevan demasiadas ganancias. Pero siempre hay gente dispuesta a abrir una puerta, y nosotros vamos como sea para difundir nuestro mensaje”, comenta.

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