Relatos anfilosóficos acerca de pensadores odiados por el autor

Kant, Hegel, Foucault y Althuser se cuentan entre los aborrecidos. Por Coriolano Fernández.

EXCEPCION. San Agustín se salva del odio de Corti contra los filósofos.LA GACETA EXCEPCION. San Agustín se salva del odio de Corti contra los filósofos.LA GACETA
10 Agosto 2008
El título sugiere un ensayo. Pero son relatos. ¿Cuentos filosóficos? Quizá (y sin quizá) antifilosóficos, los pensadores están allí porque a Corti le desagradan, qué digo desagradan, le repugnan; mejor: los odia. Y a estos filósofos los maneja como marionetas, en medio de un clima opresivo, con aire de olor a muerte y abundancia de palabras soeces.
De fondo, Bach o Webern y, sobre todo, Menotti. No se dice el nombre, debe de ser Giancarlo, el de El Cónsul, salvo un recurso lúdicro para que el lector piense también en el otro Menotti, César, el del fútbol.En una pausa prometedora de humor unos operarios de semáforos leen a Kant en tanto otros, de la construcción, devoran a Hegel. Hay burlas para ambos filósofos y la promesa se diluye.
A veces el autor reflexiona: otra vez Hegel, ahora con Foucault, el poder y el "Cabaret Althusser".
Hasta que, siguiendo un grupo de jóvenes partidarios de la filosofía analítica, descubre que uno de ellos ha olvidado un libro de Carnap: el autor empieza a comerlo. Así, la filosofía se convertirá en caca, que también deglute junto con las traducciones de don Rudolph.
Extraño menú, aunque el triunfo del excremento será inobjetable.Seamos justos: no a todos los filósofos odia Corti. Se salvan los griegos y San Agustín. El Obispo de Hipona figura en una cita al final de un cuento en el que un médico tiene sexo con un niño, su paciente, lenta y gozosamente para ambos.
Y de los griegos? pues nada. Si bien por ahí andan Edipo y Yocasta, nos priva Corti del disfrute de relatos donde asomen Heráclito o Platón. Acaso desea a los helenos para el solo, como chico con juguete nuevo. ¿Cuál será el motivo de tal egoísmo?
La clave llega cuando escribe: "me propongo hacer un libro que no se comprenda nada, ni qué dice, ni por qué lo dice, ni para qué dice lo que dice".
Si el autor se expresa así, no seré yo quien intente refutarlo.© LA GACETA

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