Le sacó brillo a su fútbol y opacó al rival

ALTA (Enviado especial, Alfredo Aráoz).- De pie. Porque en tiempos de estadios con butacas, en la tribuna visitante del Martearena entran 4.500 personas sentadas, pero los hinchas de Atlético no las usan. Como en un buen recital, hay cosas que deben vivirse de pie. Y cuando toca la banda, el "ole" es tan familiar que parece que se juega en el Monumental. Sí, señor, Atlético fue local en el tablón y en esa alfombra mundialista, ideal para un juego que se extraña.
Esta vez, nadie extrañó a Jorge Solari. Martín Granero había dicho que el equipo ya juega de memoria, mientras que Martín Martos había vaticinado el triunfo y un gol de Sarría. Nunca la teoría se tradujo con tanta elegancia en práctica. Atlético se plantó en campo salteño desde el inicio y debió ponerse en ventaja cuando Alejandro Arco no sólo no cobró un claro penal de González a Hernández sino que amonestó al crack. Ya se sacaría el gusto el nieto de Nelly. Si de parentescos se trata, primero hay que empezar por el recuerdo a la madre del árbitro, cuando no expulsó a Agustín Ten, que le rompió la rodilla a Daniel Molina. Para destruir el cero, tenía que estar él, capo "Capé", que rompió el achique local y definió con clase ante su hijo Mazzón, luego de un pase perfecto de Erroz.
La pose de Sarría, de cara al telón celeste y blanco, sirvió para olvidar un mano a mano de Longo, pellizcado por Lamberti, y un remate de "Yaya" en el travesaño.
Llegó el entretiempo y le hizo bien a Juventud, que había empezado a pegar sobre el final del primero (a Erroz y Longo, las faltas más duras). El pequeño Marcos Navarro potenció su habilidad de la parte inicial y empezó a crear problemas en la zona de Bressán.Atlético no salía de su campo y lo pagó con el empate. González tuvo todo el tiempo del mundo para sacar el centro que recorrió el área, Ischuk se quedó parado y el chiquitín cabeceó entre sus piernas. Hubo un par de saques al lateral y algún pase corto hasta que el "DK" volvió a conectar sus instrumentos, gracias a sus carrileros.
Erroz se animó de lejos, el rebote quedó para Hernández y descargó en Montiglio, que sacó un centro para la cabeza de Longo. Con el 2 a 1, el medio se hizo un pic nic. Longo volvió a lustrar sus zapatos blancos y le puso la pelota en la cabeza a Sarría, que ya ni festejó, dejando la fiesta para los fieles, que sólo se detuvieron cuando Hernández bajó el telón: "Remolino" armó el baile desde su campo, con la pelota atada a su botín izquierdo, sacándose de encima a Velázquez y a la bola con un soberbio disparo que dejó parado a Mazzón. Luego, ya resignado, el arquero se sentó.

Perdón, Sandra
"Esto es para mi familia, pero sobre todo para mi mamá, que se llama Sandra y no Olga como pusieron el otro día. Se están acostumbrando a festejar mis goles y disfrutan de este momento. El equipo cada día juega mejor", señaló Pablo Hernández.

El "verdugo"
11 goles le convirtió Claudio Sarría a Juventud Antoniana en ocho cotejos que jugaron en las dos últimas temporadas del Argentino "A".