BUENOS AIRES (Enviado especial, Leo Noli).- Antes de que el plantel se acerque al estadio y de que los hinchas formen fila frente a los portones, Dante Bautista (foto) constituye la avanzada de San Martín en “territorio enemigo”. “Soy el primero que llega a la cancha; me acomodo en el vestuario, arreglo las pertenencias de los jugadores y después investigo cómo está el campo de juego. Así tengo una referencia de lo que se puede necesitar antes de que comience el partido”, explicó el utilero de los “santos”.
El plantel ha terminado de almorzar en el hotel que lo alojó en Buenos Aires y los futbolistas se disponen a aprovechar la media hora de libertad absoluta que les concedió Carlos Roldán. Pero no hay descanso para Bautista, que está abocado a los preparativos de cara al choque con Platense. “Me voy a acomodar las camisetas, los botines y las pelotas. Alrededor de las 17.30 me voy al estadio. Cuando lleguen los muchachos van a encontrar todo listo para empezar a trabajar tranquilos”, comenta luego de una breve sobremesa. Las bolsas de caramelos ácidos son infaltables en el equipamiento del utilero, uno de los hombres de confianza del entrenador.
Las estrellas del equipo se llevan todos los elogios, pero el trabajo que se planifica en torno del grupo es clave para apuntalar la campaña. Bautista es una de las piezas del engranaje. “Si todo está en orden se puede trabajar mejor”, entiende Dante, orgulloso de sentirse -por momentos- el jugador número 12 del “santo”.