Les dan prioridad a los logros de sus carreras profesionales

Les dan prioridad a los logros de sus carreras profesionales

Hombres y mujeres, de 25 años en adelante, prefieren esforzarse en el trabajo y disponer de su dinero para gastarlo en lo que quieren.

03 Marzo 2008
Se­gún los es­pe­cia­lis­tas son mu­chas las cau­sas pa­ra es­tar so­lo. Sin em­bar­go, una va­ga cla­si­fi­ca­ción di­fe­ren­cia a los idea­lis­tas, co­mo se­ño­ri­tas de al­tas pre­ten­sio­nes que es­pe­ran en­con­trar el prín­ci­pe azul; aque­llos que su­frie­ron en re­la­cio­nes an­te­rio­res y pre­fie­ren no vol­ver a arries­gar­se por te­mor a de­si­lu­sio­nes y frus­tra­cio­nes y, los más fre­cuen­tes, jó­ve­nes que prio­ri­zan su ca­rre­ra pro­fe­sio­nal fren­te a la elec­ción de for­mar una fa­mi­lia.
El es­pe­cia­lis­ta en psi­co­lo­gía de ma­sas, Da­niel Za­la­zar Ro­me­ro, afir­mó que las per­so­nas ya no tie­nen co­mo me­ta lle­gar al ma­tri­mo­nio. Es­to pro­vo­ca que el re­loj del ca­sa­mien­to se atra­se. El con­cep­to de fa­mi­lia uni­per­so­nal co­mien­za a go­zar de una bue­na acep­ta­ción en­tre las per­so­nas por­que es­tá con­si­de­ra­da co­mo la úl­ti­ma mo­da en las nue­vas ge­ne­ra­cio­nes.  “Es­tu­ve en pa­re­ja ca­si nue­ve años y aho­ra quie­ro es­tar sol­te­ra y sin hi­jos. Es mi elec­ción. Me es­toy co­no­cien­do y es­toy apren­dien­do a vi­vir así”, di­jo Ana Ma­ría, de 42 años, ad­mi­nis­tra­ti­va y es­tu­dian­te de odon­to­lo­gía.
Por ejem­plo, Juan Pa­blo tie­ne 26 años y es in­ge­nie­ro. Es­tu­vo de no­vio seis años has­ta que se re­ci­bió y con­si­guió tra­ba­jo en la Re­pú­bli­ca de Ye­men, un país de Me­dio Orien­te. “Fue una de­ci­sión di­fí­cil. Des­pués de es­for­zar­me en la fa­cul­tad de­bía acep­tar es­ta opor­tu­ni­dad. Man­te­ner una re­la­ción a la dis­tan­cia no iba a ser bue­no pa­ra nin­gu­no de los dos y nos se­pa­ra­mos”, ex­pre­só.
El psi­coa­na­lis­ta Al­fre­do Ygel aso­ció es­tas elec­cio­nes a los cam­bios so­cia­les. “Vi­vi­mos en la pos­mo­der­ni­dad. Son fre­cuen­tes los amo­res lí­qui­dos, la in­me­dia­tez de la tran­sa y las re­la­cio­nes se­xua­les oca­sio­na­les que ha­blan de una fo­bia al en­cuen­tro. No es una fal­ta de obli­ga­ción con el otro, si­no un ex­ce­so de com­pro­mi­so con el pro­pio yo. El ob­je­to del de­seo no es el par­te­nai­re, si­no el es­pe­jo de sí mis­mo”, sos­tu­vo el ex­per­to.
Pa­ra con­fir­mar es­to, Ig­na­cio (26) opi­nó que es mu­cho más fá­cil vi­vir so­lo.

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