09 Septiembre 2007
RECREANDO OPORTUNIDADES. Desde el Estado provincial se promueven políticas para el entrenamiento y la inserción laboral de los jóvenes. ARCHIVO LA GACETA
El miércoles 12 se difundirá oficialmente el comportamiento del mercado de trabajo en los 31 aglomerados urbanos del país, durante el segundo trimestre de este año. Es posible que en el Gran Tucumán-Tafí Viejo, la tasa de desempleo se ubique por debajo de los dos dígitos (9,8%). En ese caso, se reflejará que unos 30.000 habitantes del aglomerado provincial no tienen empleo. Si bien se observa una paulatina disminución de los índices de desocupación, el gran desafío para el próximo mandato del gobernador, José Alperovich, será romper con la estacionalidad del mercado laboral.
Sucede que en el primero y en el último trimestre de cada año, Tucumán refleja un incremento de la tasa de desempleo, producto de la inactividad de dos de las industrias que mayor cantidad de obreros emplean: la azucarera y la citrícola. Con la idea de vencer esa estacionalidad, desde 2005 el Gobierno viene diseñando lineamientos estratégicos para el desarrollo social y productivo de Tucumán. Esa tarea la efectuó un equipo interministerial coordinado por el secretario de Planeamiento, Julio Saguir, sobre la base de los Objetivos para el Desarrollo del Milenio hasta 2015, propuestos por las Naciones Unidas. Así, para el segundo período de gestión de Alperovich, el Poder Ejecutivo se propone alcanzar una tasa de desempleo del 8% (constante) hasta 2010, lo que implicaría que, en Tucumán, habría 15.000 desocupados menos que en la actualidad. Hacia 2015, la Provincia procurará que la tasa se reduzca al 7%.
Según los lineamientos oficiales, esas metas se lograrán con la aplicación de programas tendientes al entrenamiento laboral de los jóvenes (actualmente está vigente un plan que beneficia a 5.000 personas) y con la inclusión en el trabajo de desocupados que hoy son beneficiarios de un plan social o que necesitan elementos para iniciar una actividad. Paralelamente, el Ejecutivo están rediseñando una ley con la que se procurará generar incentivos para la radicación de nuevas industrias, la ampliación de la capacidad productiva de las compañías existentes, el fomento del sector turístico y beneficios para sectores vinculados con la construcción, las comunicaciones y los servicios.
El otro flagelo
Además de la desocupación, Tucumán se destaca en el concierto nacional por sus altos niveles de informalidad en el mercado de trabajo. De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en el principal aglomerado urbano el trabajo no registrado afecta a unas 99.700 personas que representan al 50,3% del total de asalariados (cerca de 198.200).
Para la próxima gestión de gobierno, que arrancará el 29 de octubre, el Poder Ejecutivo se propuso como meta reducir la tasa de empleo no registrado al 43% del total de asalariados hasta 2010, lo que significaría que unos 26.000 trabajadores más gozarían de los aportes jubilatorios y de los beneficios de una obra social. La meta es más ambiciosa proyectada hasta 2015: alcanzar un índice del 33%, con 73.000 trabajadores menos en la provincia.
El Gobierno había dado un plazo de 90 días para que las empresas registren a sus empleados. Ese tiempo expirará hacia fines de mes. La fiscalización estará a cargo de los inspectores de la Secretaría de Trabajo y de la Dirección General de Rentas. En este último caso ya están efectuándose tareas de inteligencia fiscal.
Sucede que en el primero y en el último trimestre de cada año, Tucumán refleja un incremento de la tasa de desempleo, producto de la inactividad de dos de las industrias que mayor cantidad de obreros emplean: la azucarera y la citrícola. Con la idea de vencer esa estacionalidad, desde 2005 el Gobierno viene diseñando lineamientos estratégicos para el desarrollo social y productivo de Tucumán. Esa tarea la efectuó un equipo interministerial coordinado por el secretario de Planeamiento, Julio Saguir, sobre la base de los Objetivos para el Desarrollo del Milenio hasta 2015, propuestos por las Naciones Unidas. Así, para el segundo período de gestión de Alperovich, el Poder Ejecutivo se propone alcanzar una tasa de desempleo del 8% (constante) hasta 2010, lo que implicaría que, en Tucumán, habría 15.000 desocupados menos que en la actualidad. Hacia 2015, la Provincia procurará que la tasa se reduzca al 7%.
Según los lineamientos oficiales, esas metas se lograrán con la aplicación de programas tendientes al entrenamiento laboral de los jóvenes (actualmente está vigente un plan que beneficia a 5.000 personas) y con la inclusión en el trabajo de desocupados que hoy son beneficiarios de un plan social o que necesitan elementos para iniciar una actividad. Paralelamente, el Ejecutivo están rediseñando una ley con la que se procurará generar incentivos para la radicación de nuevas industrias, la ampliación de la capacidad productiva de las compañías existentes, el fomento del sector turístico y beneficios para sectores vinculados con la construcción, las comunicaciones y los servicios.
El otro flagelo
Además de la desocupación, Tucumán se destaca en el concierto nacional por sus altos niveles de informalidad en el mercado de trabajo. De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en el principal aglomerado urbano el trabajo no registrado afecta a unas 99.700 personas que representan al 50,3% del total de asalariados (cerca de 198.200).
Para la próxima gestión de gobierno, que arrancará el 29 de octubre, el Poder Ejecutivo se propuso como meta reducir la tasa de empleo no registrado al 43% del total de asalariados hasta 2010, lo que significaría que unos 26.000 trabajadores más gozarían de los aportes jubilatorios y de los beneficios de una obra social. La meta es más ambiciosa proyectada hasta 2015: alcanzar un índice del 33%, con 73.000 trabajadores menos en la provincia.
El Gobierno había dado un plazo de 90 días para que las empresas registren a sus empleados. Ese tiempo expirará hacia fines de mes. La fiscalización estará a cargo de los inspectores de la Secretaría de Trabajo y de la Dirección General de Rentas. En este último caso ya están efectuándose tareas de inteligencia fiscal.
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