25 Agosto 2006

Cuando el pensador francés Roland Barthes definía la fotografía como "eso que ha sido", sin duda acentuaba su carácter testimonial y documental. El "Malevo" Ferreyra fugándose con una granada en la mano del Palacio de los Tribunales, luego de escuchar la sentencia condenatoria, no fue un escenario montado para los periodistas ni, mucho menos, para los fotógrafos. Fue "eso que ha sido". O cuando el guardiacárcel disparaba a los amotinados en Villa Urquiza, tampoco estaba posando en los techos del penal.
LA GACETA exhibirá hoy, desde las 21, en la Fundación Lucci (Salta 532), la muestra "Quieto o disparo", coordinada por Jorge Figueroa. Reúne un conjunto de fotografías, cuyo común denominador es testimoniar situaciones que, directa o indirectamente, se refieren a la violencia de la vida cotidiana. Alejadas de cualquier manipulación tecnológica, las imágenes establecen un diálogo directo con los receptores.
En 1983, cuando el ex gobernador Antonio Merlo salió por puerta central de la Casa de Gobierno a enfrentar a los manifestantes, cargando su propia pistola, no imaginaba que esa foto daría la vuelta al mundo ya que al militar debió parecerle común esa exhibición pública. Al igual que cuando el ex gobernador Antonio Bussi atendió una audiencia de rutina en su despacho, con su pistola asentada sobre la mesa. En "Quieto o disparo" no hay intervención externa ni personal en el arreglo de la escena: las imágenes son captadas con el afán de dejar un testimonio de los acontecimientos; en otras palabras, el fotógrafo se propone documentar en sentido estricto.
De todos modos, una de las fotografías que se exhibirá está alejada de este concepto: se trata de una toma de un grupo de barrabravas que, durante un asado, posan alegremente ante la cámara apuntándose entre ellos. El registro es todo un documento, porque se trata de un escenario montado por los mismos protagonistas.
En la Fundación Lucci también quedarán inauguradas esta noche las muestras "Oficios ambulantes tradicionales en extinción", del experto tucumano Darío Albornoz, y "Viva la reyna de México", de Byron Brauchli.
Previamente, a las 20, en el teatro Alberdi, se podrán ver "Physique du rol", de David Sisso; "En obra", de Leo Liberman, y "Sombras abatidas" de Gustavo Tarchini.
LA GACETA exhibirá hoy, desde las 21, en la Fundación Lucci (Salta 532), la muestra "Quieto o disparo", coordinada por Jorge Figueroa. Reúne un conjunto de fotografías, cuyo común denominador es testimoniar situaciones que, directa o indirectamente, se refieren a la violencia de la vida cotidiana. Alejadas de cualquier manipulación tecnológica, las imágenes establecen un diálogo directo con los receptores.
En 1983, cuando el ex gobernador Antonio Merlo salió por puerta central de la Casa de Gobierno a enfrentar a los manifestantes, cargando su propia pistola, no imaginaba que esa foto daría la vuelta al mundo ya que al militar debió parecerle común esa exhibición pública. Al igual que cuando el ex gobernador Antonio Bussi atendió una audiencia de rutina en su despacho, con su pistola asentada sobre la mesa. En "Quieto o disparo" no hay intervención externa ni personal en el arreglo de la escena: las imágenes son captadas con el afán de dejar un testimonio de los acontecimientos; en otras palabras, el fotógrafo se propone documentar en sentido estricto.
De todos modos, una de las fotografías que se exhibirá está alejada de este concepto: se trata de una toma de un grupo de barrabravas que, durante un asado, posan alegremente ante la cámara apuntándose entre ellos. El registro es todo un documento, porque se trata de un escenario montado por los mismos protagonistas.
En la Fundación Lucci también quedarán inauguradas esta noche las muestras "Oficios ambulantes tradicionales en extinción", del experto tucumano Darío Albornoz, y "Viva la reyna de México", de Byron Brauchli.
Previamente, a las 20, en el teatro Alberdi, se podrán ver "Physique du rol", de David Sisso; "En obra", de Leo Liberman, y "Sombras abatidas" de Gustavo Tarchini.
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