Dos amigos murieron al chocar contra un camión

Dos amigos murieron al chocar contra un camión

Las víctimas iban en un automóvil Fiat Duna y el conductor perdió el control luego de morder la banquina, que estaba llena de limones. Ambos regresaban de Burruyacu, donde habían estado trabajando y sufrieron gravísimas heridas.

PARTIDO AL MEDIO. Policías y bomberos rodean el auto Fiat Uno. Atrás, el camión contra el que colisionaron. Uno de los muchachos falleció en el acto. FOTO LA GACETA / ENRIQUE GALINDEZ PARTIDO AL MEDIO. Policías y bomberos rodean el auto Fiat Uno. Atrás, el camión contra el que colisionaron. Uno de los muchachos falleció en el acto. FOTO LA GACETA / ENRIQUE GALINDEZ
06 Julio 2006
Dos jóvenes perdieron la vida, ayer a la tarde, en un impresionante accidente ocurrido sobre la ruta alternativa que une Alderetes con Los Gutiérrez. Ambos circulaban en un automóvil que chocó contra un camión con acoplado.
El hecho ocurrió a las 16.40. En un Fiat Uno cero kilómetro -aún no tenía la patente- circulaban de este a oeste Matías Edgardo Monteros, de 20 años, domiciliado en barrio Smata. Junto a él lo hacía Alejandro Micael Acuña, también de 20 años. Este último era un salteño que circunstancialmente, según la Policía, vivía en calle México al 200 de la capital. Ambos trabajaban en una empresa de ingeniería en sistemas que está contratada por una empresa de servicios telefónicos y regresaban de hacer una conexión en Burruyacu.
Desde allí doblaron en la rotonda de Los Gutiérrez y se dirigieron hacia la capital por la ruta alternativa. El martes, un camión que transportaba limones realizó una maniobra 500 metros después de la rotonda y esparció parte de la carga sobre la banquina. Según algunos testigos, Monteros, quien conducía el vehículo, mordió la banquina, que estaba llena de la fruta y por lo tanto muy resbalosa, y perdió el control del vehículo, que se fue hacia el otro carril. Por allí, hacia el este, circulaba el camión Scania 113 con acoplado. Iba conducido por Hugo Manuel Fernández, de 59 años, domiciliado en Buenos Aires, quien se dirigía a cargar mercadería. “No sé lo que pasó. De repente, el auto se me vino encima, y no pude hacer nada para evitarlo. Todo pasó en un segundo”, dijo, muy angustiado, Fernández. El automóvil se fue de costado y pegó del lado del acompañante contra la trompa del camión. El Fiat Uno quedó desarmado. Acuña, a raíz del brutal golpe, falleció en el acto y su cuerpo debió ser rescatado por bomberos de la Policía y de Alderetes que tuvieron que cortar el auto. Ellos también sacaron a Monteros, que fue trasladado de urgencia al hospital Padilla. Allí los médicos intentaron salvarle la vida, pero falleció poco antes de las 21.
Marcos Jiménez, un hombre que iba por el costado de la ruta junto a otros compañeros, todos cosecheros, dijo que el impacto fue brutal. “El coche salió despedido como si fuera sobre aceite. No pudimos hacer nada, porque los chicos estaban atrapados dentro del auto”, relató. Diego Villafañe, otro testigo, aseguró que ninguno de los dos vehículos iba a mucha velocidad. “Pero el auto se descontroló y pegó muy fuerte. Fue impresionante”, aseguró. Fernández también dijo que él intentó sacarlos, pero que le fue imposible. “Siento muchísima pena”, afirmó. A los minutos llegó personal policial al mando de los comisarios Luis Namen y Heberto Cortez, quienes ordenaron que se realizaran todas las pericias del caso.