15 Septiembre 2005
Tucumán se vio desgarrada en los últimos cinco años por dos tragedias imposibles de olvidar. En 2000, 40 personas murieron en Brasil, cuando iban a Camboriú. En 2002, fueron 49 los muertos al caer un ómnibus en la Cuesta del Totoral. Ambas tienen un denominador común: no hay responsables.Hoy se cumplen tres años de lo sucedido en Catamarca, cuando el colectivo en el que viajaban peregrinos, la mayoría de Concepción, se desbarrancó. En noviembre se hará un juicio relacionado con el caso. Raúl Oyola, dueño del ómnibus, y dos policías serán juzgados por cohecho. Es que Oyola habría entregado coimas para que dejaran pasar el ómnibus, que no cumplía con ninguna norma. "No me puedo sentir bien cuando murieron tantas personas", le dijo el hombre a LA GACETA. Según los familiares de las víctimas y los sobrevivientes, el caso quedará impune. Es que la investigación por homicidio culposo ya fue archivada.
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