
CONSUMO.

La retracción del consumo masivo no se manifiesta de la misma manera en todos los canales. Los comercios de cercanía y los autoservicios independientes aparecen entre los más golpeados por la caída, mientras que las grandes cadenas consiguen atenuar el impacto a partir de promociones intensivas, acuerdos con proveedores y herramientas de financiamiento. Sin embargo, incluso con esas estrategias, el saldo general continúa siendo negativo en términos de volumen vendido.
El comercio online muestra avances puntuales, especialmente en rubros como perfumería y farmacia, pero su crecimiento no alcanza para revertir la contracción del consumo masivo. De acuerdo con los relevamientos de Scentia, la recuperación será lenta y estará supeditada a factores que aún no terminan de consolidarse, como una mejora sostenida del ingreso real, mayor previsibilidad macroeconómica y una recomposición de la confianza del consumidor.
En este contexto, el consumo sigue funcionando como un indicador sensible del ajuste económico. Se observa un patrón marcado por menos compras, mayor cautela y cambios estructurales en los hábitos de los hogares. Entre ellos, se destacan las compras más frecuentes pero de menor monto, la reducción del stockeo y una fuerte migración hacia marcas más económicas, promociones y envases pequeños. El fenómeno del downtrading se extiende a la mayoría de las categorías.
Un informe de NielsenIQ refuerza este diagnóstico y señala que, pese a una mejora en el ánimo social y a la desaceleración de la inflación, la recuperación del consumo continúa siendo débil y desigual. El repunte del optimismo no se traduce, por ahora, en una mejora sostenida de las ventas en góndola.
Según ese relevamiento, el consumo de bienes de rápida rotación creció apenas 2% en 2025, luego de la fuerte caída del 16% registrada en 2024. No obstante, el impulso se fue diluyendo desde mediados de año, en un escenario atravesado por la incertidumbre electoral y la lenta recomposición del poder adquisitivo.
En noviembre, el índice de precios al consumidor mostró una mejora y alcanzó los 46 puntos, con una suba mensual del 9%, impulsada principalmente por el interior del país. Aun así, NielsenIQ advierte que los salarios siguen siendo el principal freno al consumo, sobre todo en los hogares de ingresos medios y bajos, donde el poder de compra continúa tensionado.
El informe también remarca que el mayor peso de los gastos del hogar y de los servicios limita la capacidad de compra, mientras que las promociones en supermercados, pese a ubicarse en niveles históricamente altos, ya no logran revertir la caída del volumen de ventas, que se mantiene en terreno negativo en la comparación interanual, consignó el diario "Ámbito".
En contraste, los autoservicios independientes y los comercios de cercanía aparecen como los canales con mejor desempeño reciente, con un crecimiento del 6% en el último bimestre, explicado por precios más bajos y tickets promedio reducidos. En octubre, la canasta en autoservicios fue un 10% más económica que en supermercados, lo que favoreció el desplazamiento del consumo.
De cara a 2026, NielsenIQ proyecta una recuperación gradual y moderada, condicionada a una mejora paulatina de los ingresos, mayor estabilidad macroeconómica y un consumidor cada vez más racional, atento a los precios y dispuesto a alternar entre distintos canales de compra.







