Drámatico rescate de un niño en Las Cejas: desde el pozo, “él me llamaba y lloraba asustado”

Drámatico rescate de un niño en Las Cejas: desde el pozo, “él me llamaba y lloraba asustado”

El martes, la madre del pequeño David descansaba mientras él jugaba en el patio y de pronto cedió la tapa de cemento que cubría la excavación. Los policías hicieron otro pozo para rescatarlo.

Hace 6 Hs

“El martes, después de comer, decidí acostarme junto a mis tres hijos para una siesta frente a un ventilador. Hacía calor. David, mi hijo mayor, saltó de la cama y se fue a jugar al patio con sus autitos de juguete. Lo escuchaba jugar cerca de la ventana de nuestra habitación donde yo descansaba junto a mis dos hijas. De pronto, todo quedó silencio”, cuenta Reina Uribe, de Las Cejas.

“Me levanté y fui corriendo al patio a buscarlo. Lo oía llorar pero no lo veía. Mi angustia comenzó cuando noté que la voz de mi hijo provenía del fondo del pozo ciego en desuso. Solo podía llegar al borde del pozo, que se desmoronaba sobre mi hijo. Le gritaba para que me oyera y lo único que podía escuchar era ‘¡Mamá! ¡Mamá!’ Él me llamaba y lloraba asustado. En ese momento me tumbé al suelo y trataba de mirar por el agujerito por el que se cayó pero no lo podía ver. No lo pensé dos veces, me fui inmediatamente a pedir ayuda a mi cuñado, que vive al lado, y luego me fui corriendo desesperada a la comisaría”.

LA ROTURA. Por ahí se cayó el pequeño David. LA ROTURA. Por ahí se cayó el pequeño David.

Así relató la emergencia vivida el martes a las 4 de la tarde aproximadamente en la casa modular del barrio Julio Argentino Roca de Las Cejas, donde Reina, viuda desde hace un año, vive con sus tres hijos.

En el mismo terreno viven su cuñado y su suegra. En medio de las dos casas está el patio y allí el pozo que hace años se intentó cavar pero se abandonó cuando tenía tres metros de profundidad porque la tierra era arenosa. “Le hicieron una tapa de cemento precaria, sin los hierros que debía tener y quedó cerrada”, dijo ella. “Tenía un pequeño agujero en el medio y por ahí se le cayó el autito a David. Él trató de sacarlo, cedió esa parte y se cayó”.

A SALVO. El comisario Diego Alejandro Paz con David, que resistió más de una hora encerrado en la oscuridad. A SALVO. El comisario Diego Alejandro Paz con David, que resistió más de una hora encerrado en la oscuridad.

Al llegar a pedir socorro a la comisaría, que está a dos cuadras de la casa, la acompañó el cabo primero Cristian Valdez, que avisó al resto de la dependencia policial, que se encontraba trabajando en una localidad cercana, San Agustín. Cuando llegaron a la casa del pozo, “lo primero que se hizo fue brindar contención al chiquito y constatar que se encontraba bien porque el niño le respondía antes el llamado de su madre desde adentro del pozo”, dijo el comisario Diego Alejandro Paz. Pero “su condición de autismo complicaba aún más el rescate ya que se estaba poniendo muy nervioso”, aseguró.

MADRE E HIJO. Reina Uribe y David relatan a LA GACETA cómo fue la emergencia que vivieron el martes a la siesta y que terminó con final feliz. MADRE E HIJO. Reina Uribe y David relatan a LA GACETA cómo fue la emergencia que vivieron el martes a la siesta y que terminó con final feliz.

El protocolo indicaba llamar a los bomberos y a Defensa Civil “pero el destacamento de bomberos más cercano está en Delfín Gallo y el otro en la capital -a 54 km- . Hasta que viniesen los bomberos de la capital, iba a ser diferente la situación del menor”, explicó el cabo Emanuel Juárez. Entonces “hemos tomado la decisión con el resto del personal de tratar de sacarlo”, agregó el comisario. “Como los oficiales ya tenían una capacitación en este tema hemos decidido cavar un pozo paralelo”.

El suboficial mayor Rubén Bilbao, el sargento Roque Herrera, el cabo primero Cristian Valdez y el cabo Patricio Gerez se pusieron a cavar un pozo paralelo al original a medio metro de distancia y luego hacer una conexión lateral para llegar hasta donde estaba David.

Había un problema más: el pozo original estaba apuntalado con pilares de madera que hacían precaria su estabilidad. “Cuando se descendió se vio que el pozo estaba calzado con palos y que si se rompían, lo que es el cemento de arriba le iba a caer al chico”, explicó Juárez.

La tierra volaba mientras los policías cavaban contrarreloj. “Al ser varios se ha tratado de cavar rápido, a pesar de que había imposiciones como el cemento y las piedras”, agregó.

En 40 minutos el pozo paralelo y el túnel al otro pozo estaban listos. Patricio Gerez, el agente más delgado, fue elegido para bajar. Le pusieron un arnés y lo hicieron ingresar.

En el patio de casa la tensión era palpable. Reina esperaba llorando al borde del pozo nuevo. David, abajo, seguía respondiendo, “aunque su voz se oía débil y asustada”. Gerez descendió por el túnel lateral y rompió con sus pies la pared que lo separaba del pozo original cuando finalmente pudo ver a David. El cabo lo tomó en sus brazos y dio aviso para que comenzaran a subirlo.

LOS DOS POZOS. La madre junto al primero, hablándole a David. LOS DOS POZOS. La madre junto al primero, hablándole a David.

David salió del pozo en perfectas condiciones físicas y se abalanzó para abrazar a su madre. Reina llevó a su hijo al CAPS local donde lo atendieron y le dieron el alta el mismo día.

Para Reina, madre viuda de 39 años, el rescate significó más que recuperar a su hijo; lo ocurrido trajo asistencia inesperada a una familia que vive en condiciones de vulnerabilidad en ese pueblo de 3.000 habitantes en el límite con Santiago del Estero. Reina, que trabaja una vez a la semana limpiando casas, recibe auxilio para comer de la escuela del pueblo la N° 87 “Provincia de Córdoba”. Ahora le dieron más ayuda, tanto medicamentos para David como mano de obra para tapar el pozo.

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