El 17 de agosto de 1850 falleció el General José Francisco de San Martín. Había nacido en Yapeyú, Corrientes, un 25 de febrero de 1778, dos años después de la creación del virreinato. Era quinto hijo de Juan de San Martín. ¿Quién era este Juan de San Martín? Era un oficial militar del ejército español que desempeñó el puesto de funcionario español, como teniente gobernador del departamento de Yapeyú que dependía de la región de Misiones. He aquí una curiosa ironía o paradoja de la historia: en un rincón marginal del mundo hispánico un defensor leal del imperio español había engendrado al que iba quebrar, por la vía militar, el aparato estatal de dominación española en América del Sur. ¿Razones? La Revolución de Mayo de 1810 y la Independencia de 1816 habían entrado en una encrucijada. Y la salida, a esa situación, va a ser el General José de San Martín. La guerra, en el norte, estaba empantanada. Era imposible empujar a los realistas más allá de la quebrada de Humahuaca. El escenario internacional, a diferencia de 1810, no era favorable. Las monarquías, luego de Napoleón Bonaparte, habían vuelto al poder, como fue el caso del retorno al poder del rey de España Fernando VII. Formaron alianzas para reprimir cualquier movimiento que recordase la Revolución Francesa o a la época napoleónica. Merodeaba en el ambiente la posibilidad de que España, por su cuenta, enviase un ejército al Río de la Plata. Eso fue lo que notó José de San Martín. Llega, junto a Carlos de Alvear, en 1812 a Buenos Aires. Se dedican, ambos militares, a organizar profesionalmente al ejército. Su proyecto era más amplio: luchar contra el poder español y unir a América en una sola nación. Concibió un audaz plan: atacar a los realistas por Chile, cruzando la cordillera, luego al Perú por mar. Pidió San Martín que se lo nombrase Gobernador Intendente de Cuyo. Desde allí, al pie de la cordillera, prepararía pacientemente un ejército capaz de atravesar las montañas y derrotar a los españoles de medio continente. Hacía falta dinero para vestir y alimentar a la tropa, fabricar pólvora y cañones, conseguir caballos y mulas. A fines de 1816, en el campamento de El Plumerillo, al noroeste de la ciudad, había 5.500 hombres, 18 cañones, 1.500 caballos, 9.000 mulas cargadas con provisiones y municiones. El cruce de los Andes fue una gran hazaña pero también una obra de arte, algo minuciosa y delicadamente preparada hasta en sus menores detalles. Libera Chile. Los vencedores entraban a Santiago y eligen como Director Supremo a Bernardo de O´Higgins, patriota chileno y colaborador de San Martín. San Martín, en Chile, empieza a organizar su campaña al Perú. Llegaron buenas noticias del norte. Simón Bolívar triunfaba en el norte de América del Sur y organizaba la Gran Colombia (Colombia, Panamá, Venezuela y Ecuador). San Martín emprendió la campaña hacia el Perú en 1820, con una flota experimentada, pocos hombres (4.000) frente a 20.000 realistas. Se embarcó con la esperanza de conseguir apoyos de los pueblos americanos. No se equivocó porque estallaron movimientos de apoyo en Guayaquil y Trujillo. En septiembre de 1821, en Lima, proclamó la independencia del Perú, siendo nombrado protector. En julio de 1822 se entrevista con Simón Bolívar en Guayaquil. Llega Bolívar a Perú. Las batallas de Junín y Ayacucho, en 1824, marcan el fin del poder español en América. La etapa histórica, para un soldado argentino y héroe americano, de las guerras por la independencia había terminado.
Pedro Pablo Verasaluse
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